¿Recuerdas tus sueños? Personalidad, patrones de sueño y hasta la estación del año influyen
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Tiempo de lectura: 2 minutos Una investigación, publicada en Communications Psychology, analizó a más de 200 personas y descubrió que quienes valoran los sueños y tienden a la divagación mental los recuerdan mejor.
¿Te has preguntado por qué algunas personas recuerdan sus sueños vívidamente mientras que otras no? Un estudio realizado por la Escuela de Estudios Avanzados IMT de Lucca, en colaboración con la Universidad de Camerino, reveló que la capacidad de recordar los sueños está influenciada por factores personales, cognitivos y patrones de sueño.
La investigación, publicada en Communications Psychology, analizó datos de más de 200 participantes de entre 18 y 70 años, quienes registraron sus sueños durante 15 días.
El estudio combinó el relato de los sueños con el seguimiento de datos de sueño mediante dispositivos portátiles y la evaluación de rasgos cognitivos a través de pruebas psicométricas. Los resultados revelaron una variabilidad considerable en la capacidad de recordar los sueños, influenciada por una combinación de factores.
Las personas con una actitud positiva hacia los sueños y una mayor propensión a la divagación mental (pensamientos internos que desvían la atención de la tarea en curso) demostraron una mayor probabilidad de recordar sus experiencias oníricas. Este hallazgo sugiere que la predisposición a la introspección y la valoración de los sueños juegan un papel importante en su recuerdo.
Además, los patrones de sueño también resultaron ser un factor clave. Aquellos participantes que experimentaron periodos más largos de sueño ligero tuvieron mayor facilidad para recordar sus sueños al despertar. Esto podría deberse a que las fases de sueño ligero están más cerca del estado de vigilia, facilitando la transición entre el sueño y la consciencia y, por lo tanto, el recuerdo de lo soñado.
La edad y las estaciones también juegan un papel
El estudio también identificó diferencias en el recuerdo de los sueños según la edad. Los participantes más jóvenes mostraron tasas más altas de recuerdo, mientras que los mayores reportaron con mayor frecuencia «sueños blancos», esa sensación de haber soñado sin recordar ningún detalle. Este fenómeno sugiere que los procesos de memoria durante el sueño pueden cambiar con la edad.
Sorprendentemente, la investigación también detectó variaciones estacionales en el recuerdo de los sueños. Los participantes recordaban menos sus sueños durante el invierno en comparación con la primavera. Este hallazgo abre la puerta a futuras investigaciones sobre la posible influencia de factores ambientales o circadianos en la memoria onírica.
Según Giulio Bernardi, autor principal del estudio y profesor de Psicología General en la Escuela IMT, «el recuerdo de los sueños no es una mera cuestión de azar, sino un reflejo de la interacción entre actitudes personales, rasgos cognitivos y la dinámica del sueño«.
Los datos recopilados servirán como referencia para comparar con poblaciones clínicas y avanzar en el estudio de alteraciones patológicas del sueño.