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El amor está en el aire… y en la microbiota: El desconocido rol de las bacterias para atraer a otros

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Tiempo de lectura: 2 minutos Nuevos estudios científicos sugieren que estas comunidades de bacterias que habitan en nuestro cuerpo, especialmente en el intestino, podrían influir en la atracción, la compatibilidad e incluso la salud de la pareja.

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El Día de San Valentín es una ocasión para celebrar el amor y la conexión entre parejas. Pero, más allá de la atracción evidente, un mundo microscópico podría estar jugando un papel crucial en nuestras relaciones: la microbiota.

La Dra. Patricia Roessler, inmunóloga de Clínica Alemana, define la microbiota como el conjunto de microorganismos que residen en diversos órganos del cuerpo humano, incluyendo el intestino, la piel y la boca.

«Tenemos muchas más bacterias que células en nuestro cuerpo, y su equilibrio es clave para la salud», afirma. Si bien, la investigación sobre la conexión entre microbiota y atracción romántica aún está en sus primeras etapas, estudios en modelos animales han demostrado que la disbiosis intestinal, un desequilibrio en la flora bacteriana, puede disminuir el atractivo de un individuo para sus potenciales parejas.

En humanos, la influencia de la microbiota en la atracción podría manifestarse a través del olor corporal, la modulación del sistema inmunológico y la producción de hormonas.

«La microbiota intestinal influye en la producción de serotonina, un neurotransmisor esencial para el estado de ánimo y el bienestar, lo que podría impactar en la forma en que interactuamos y nos vinculamos con los demás», agrega la Dra. Roessler. Este vínculo entre la microbiota, la serotonina y el comportamiento social abre una nueva perspectiva para comprender la complejidad de las relaciones humanas.

Besos, bacterias y bienestar

Un simple beso de diez segundos puede transferir hasta 80 millones de bacterias entre dos personas. Lejos de ser una idea desagradable, este intercambio microbiano podría ser beneficioso para la salud de la pareja.

«Las parejas que se besan frecuentemente comparten una microbiota similar, lo que puede fortalecer su sistema inmunológico«, señala la inmunóloga. Esta adaptación mutua no solo mejora la tolerancia a diversos microorganismos, sino que también podría contribuir a un bienestar general más robusto.

La convivencia, el contacto físico y los hábitos alimenticios compartidos también juegan un papel importante en la sincronización de las microbiotas de las parejas. El enamoramiento, con su disminución de hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina (factores que afectan negativamente la microbiota), y el aumento de la oxitocina, la «hormona del amor«, crea un ambiente propicio para una flora intestinal saludable.

La Dra. Roessler destaca la presencia de receptores de oxitocina en la microbiota, lo que sugiere una interacción profunda entre el estado emocional y la salud intestinal.

Contrario a lo que se podría pensar, la compatibilidad inicial de las microbiotas no determina la atracción entre dos personas. Más bien, la convivencia y la intimidad promueven la convergencia de las floras bacterianas de la pareja. «Estudios han mostrado que las parejas que conviven desarrollan una microbiota más parecida debido al contacto íntimo y los hábitos compartidos«, afirma la Dra. Roessler.

Si bien aún queda mucho por descubrir sobre la intrincada relación entre la microbiota y el amor, la evidencia actual apunta a la importancia de un equilibrio saludable en nuestra flora intestinal para el bienestar físico y emocional.

¿Cómo mejorar la microbiota?

  • Consumiendo alimentos ricos en fibra y fermentados como yogur, kéfir y chucrut.

  • Evitando el exceso de ultraprocesados y azúcares refinados.

  • Manteniendo un estilo de vida activo y reduciendo el estrés.

  • Exponiéndose a la naturaleza y evitando el abuso de antibacteriales.


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