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Día del Amor: Ocho animales que prefieren un romance no convencional

Día del Amor: Ocho animales que prefieren un romance no convencional

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Tiempo de lectura: 4 minutos Al igual que la especie humana, el mundo animal goza de una vida amorosa y reproductiva, sin embargo, en muchos casos lo hacen de una forma bastante peculiar.

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Cada 14 de febrero, las calles se pintan de rojo, los vagones del metro se vuelven un campo florido y los chocolates se venden como pan caliente. El día de San Valentín forma parte de una popular tradición romántica que se celebra desde hace más de quince siglos.

En el reino animal se vive una situación similar: especies como los cisnes, pingüinos y los castores son un ejemplo del estilo de vida monógamo, donde eligen a su pareja con quien comparten el resto de su vida. Sin embargo, existen otros seres vivos que optan por una forma bastante inusual, como la reproducción asexual o las especies macho que resultan embarazados.

A continuación, te mostramos algunas de las especies con las formas más extrañas de reproducción.

Pez lofiforme

El Lophius piscatorius, conocido como «rape común» o «rape blanco», es un vertebrado acuático que puede llegar a pesar 30 kilos y medir hasta dos metros. Habita en el noreste del océano atlántico, el mar mediterráneo y el mar negro. En el caso del macho, este puede vivir hasta 4 años y medir hasta 50 cm, siendo significativamente más pequeño que la hembra.

Para reproducirse, el macho muerde a la hembra en su zona ventral, luego su piel es disuelta y, mediante enzimas, queda sujeto toda su vida. Así, el macho se alimenta de los nutrientes que proveerá la hembra y servirá como una reserva de esperma que fertilizará los huevos.

Caballitos de mar

Parte de la familia Syngnathidae, los hipocampos tienen un estilo de vida monógamo y su pareja permanece por el resto de su vida. El caballito de mar es una de las pocas especies donde el macho se encarga de incubar los huevos que serán las crías.

Vía National Geographic

Mantis religiosa

Esta especie, destacada por su largo cuello, presenta un dimorfismo sexual y la hembra es significativamente más grande que el macho. En Chile, este insecto se ha registrado entre las regiones de Tarapacá y Los Lagos.

Durante el acto sexual, en la mayoría de los casos, la hembra se come la cabeza del macho, lo que se conoce como «canibalismo sexual», una práctica necesaria para que el ganglio -que está ubicado en la cabeza y contiene los centros inhibidores- permita el proceso de copulación y sirva como nutriente para el desarrollo de los huevos.

Mantis religiosa hembra.

Pez payaso

Esta especie, popular por su relación con las anémonas y por su aparición en «Buscando a Nemo», mantiene un estilo de vida monógamo y una de sus particularidades es su hermafroditismo. Esto quiere decir que todos los recién nacidos son machos y tienen la capacidad de convertirse en hembras cuando la situación jerárquica se lo permite, convirtiéndose en la cabecilla del grupo.

Si la matriarca muere, un pequeño macho dominante se convierte en hembra y asume el cargo.

Pez payaso.

Ranitas de Darwin

Esta especie habita regularmente la zona Austral de Chile y Argentina. Recientemente, fue anunciado el nacimiento de 33 ejemplares, tras ser exitosamente trasladados desde la Isla de Chiloé al Zoológico de Londres.

La particular forma de reproducción de la ranita de Darwin consiste en un «abrazo nupcial» entre la pareja, donde la hembra deposita entre 3 y 30 huevos en la tierra. Transcurridos alrededor de 14 días, el macho almacena los embriones en su boca, específicamente en su saco vocal. Una vez culminado el desarrollo, las crías abandonan la boca de su padre a través de una abertura debajo de la lengua.

Estrellas de mar

Hay especies que también tienen curiosidades: como reproducirse por sí solas y sin necesidad de tener una pareja, algo que en términos científicos se conoce como partenogénesis.

Tal es el caso de las estrellas de mar, que logran hacerlo por la autonomía de sus brazos o por fisión, es decir, por la división de fragmentos independientes que luego culmina en una nueva vida. Incluso, algunas estrellas de mar son capaces de reformarse a partir de un fragmento de 1 centímetro.

Además, algunas de estas especies pueden regenerar brazos cortados y formar nuevos miembros.

Estrella de mar en un coral.

Abeja reina

Es la única abeja fértil que se encarga de poner los huevos fecundados de los cuales nacen las abejas obreras -hembras infértiles-. Es, además, capaz de reproducir vida a través de huevos no fecundados que dan origen a zánganos -abejas macho- fértiles, todo esto a través de la partenogénesis.

Como bien lo insinúa su nombre, esta concentra el poder de dar vida al mundo de este insecto, siendo la única hembra que está desarrollada sexualmente.

Dragones de Komodo

Sorprendentemente, existen registros que evidenciaron la partenogénesis en esta especie, el lagarto de mayor tamaño a nivel global. En el año 2005, se confirmó por primera vez el caso de Sungai, una hembra del zoológico de Londres que puso una nidada de huevos, pese a que llevaba dos años sin el contacto de un macho.

El segundo caso, cuatro años después y en la misma ciudad, fue protagonizado por la hembra Flora, la cual dejó 25 huevos, de los cuales nacieron 8 machos.


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