Investigadores acercan la ciencia con creaciones artísticas
Tiempo de lectura: 3 minutos Estos proyectos son una invitación a conocer los recursos que existen en nuestro entorno cercano, valorarlos como parte de un ecosistema, disfrutar la belleza que transmiten desde sus formas, texturas y colores, y a explorarlos desde las claves que entrega la ciencia.
Nuevas formas de acercar la ciencia al público están explorando dos investigadores de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas de la UdeC, combinando sus objetos de estudio con el arte.
Ambos trabajan con recursos que están presentes en el entorno cercano y que buscan visibilizar a través de creaciones que resaltan la belleza propia de la naturaleza.
Las vetas y caprichosos dibujos que guardan troncos y ramas de especies nativas son los elementos que el académico del Departamento de Botánica y curador del Herbario de la UdeC, Carlos Baeza Perry, busca destacar en sus aros y anillos.
¿Cómo surge la iniciativa?
Todo partió el año pasado con el lanzamiento de la Guía de Campo Árboles Nativos del Parque Botánico de Hualpén, un proyecto del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB) en el que trabajó junto al Profesor Emérito de la UdeC, Roberto Rodríguez Ríos ( † 2022), y otros autores.
Con los organizadores quisieron ir más allá de lo meramente científico, de modo que en la presentación del texto incorporaron originales de acuarelas de Fernando Calvo Silva contenidas en la Flora Arbórea de Chile, ilustraciones científicas y muestras de la colección de maderas (xiloteca) del Herbario.
Allí se le ocurrió hacer anillos y aros con madera, para unir la información de los árboles descritos en el libro y las piezas de la colección de una manera artística.
“Si tu muestras algo totalmente científico, como la colección de maderas, con el corte usual, pero pones al lado uno de estos productos, cambia la concepción; es ver la belleza que está escondida detrás de la corteza de los árboles”, comenta Baeza.
Atrapadas en resina
La experiencia artística del académico del Departamento de Oceanografía y especialista en algas, Erasmo Macaya Horta, tiene algo más de tiempo. Poco antes de la pandemia comenzó a incursionar en el encapsulado de algas en resina epóxica para contar con una manera atractiva de presentarlas actividades de difusión.
El Director del Laboratorio de Estudios de Algas (Algalab) dice que es poco probable que las personas comunes y corrientes tengan la oportunidad de interactuar con las algas, de modo que cree que ésta es una buena forma de acercarlos a la flora marina.
“Encontramos que la resina es un buen material para fijar estos organismos. Las algas son en general bien delicadas, al herborizarlas pierden su color muy rápido, porque los pigmentos se degradan. Nos hemos dado cuenta de que la resina es un buen preservante, porque las mantiene bien en su forma y color. De hecho todo nació de una muestra muy bonita que me regalaron y que se ha mantenido muy bien por años”, explica.
El trabajo con algas
Así empezó a experimentar con moldes para algas pequeñas y luego con muestras de distintos tamaños, principalmente con especies de la zona; para luego traspasar la técnica a los estudiantes-investigadores que se integran al Laboratorio.
Después probaron incorporar fondos que permiten resaltar, por ejemplo, algas que son menos coloridas e investigando las posibilidades que ofrece este material se interiorizaron el uso de tinturas y de moldes que permiten confeccionar una amplia variedad de productos.
Hoy, hacen aros, colgantes, llaveros, marcapáginas, posavasos, sets de dominós y otros objetos. Las algas lucen sus formas y colores en una expresión artística que funciona como mediadora de la ciencia.
Ambos proyectos son una invitación a conocer los recursos que existen en nuestro entorno cercano, valorarlos como parte de un ecosistema, disfrutar de la belleza que transmiten desde sus formas, texturas y colores y a explorarlos desde las claves que entrega la ciencia.