Argentina: Milei promete recortar la financiación científica

Para Nature, los científicos en Argentina están nerviosos a medida que se acercan las elecciones presidenciales del país, previstas para el domingo 22 de octubre. El actual favorito, Javier Milei, ha prometido cerrar la principal agencia científica del país, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), que proporciona financiación a unos 12.000 investigadores en 300 instituciones de toda Argentina.

Milei es un candidato libertario que ha sido comparado con líderes populistas abiertos como el ex presidente estadounidense Donald Trump y el ex presidente brasileño Jair Bolsonaro. Según la publicación británica, «su propuesta de cerrar el CONICET, con un presupuesto anual de 80 mil millones de pesos (alrededor de 400 millones de dólares en ese momento), ha generado una gran controversia en la comunidad científica y en la sociedad en general». Según Milei, esta medida podría ayudar a poner fin a la crisis fiscal de Argentina, y él cree que la inversión en investigación científica debería provenir de fuentes privadas en lugar de financiación pública.

Durante las elecciones primarias presidenciales de agosto, el partido de Milei obtuvo el 30% de los votos, mientras que el partido de Patricia Bullrich, candidata conservadora y ex ministra de Seguridad, obtuvo el 28%. El partido del actual ministro de Economía, Sergio Massa, que tiene opiniones más centristas, recibió el 27%.

La comunidad científica de Argentina, que tiene la tercera economía más grande de América Latina, está alarmada ante la posibilidad de la presidencia de Milei. La Academia Nacional de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Buenos Aires emitió un comunicado diciendo que “no hay futuro sin inversión del Estado en ciencia” y señalando que “en los países más desarrollados… la investigación científica recibe una fuerte inversión del Estado».

“La ciencia no es un pasatiempo artístico para nuestra sociedad, sino una forma de acabar con la pobreza y finalmente desarrollar el país”, dice Jorge Aliaga, físico de la Universidad Nacional de Hurlingham en Buenos Aires a Nature. “Debe ser una prioridad”.

Milei es nuevo en política argentina, es legislador en la cámara baja desde 2021. Antes de su incursión en la política, fue asesor económico de empresas y ha ganado notoriedad como invitado en programas de entrevistas sobre economía y sus servicios como entrenador sexual tántrico. Su ascenso fue precipitado por ocho años de agitación económica en Argentina: el país debe miles de millones de dólares a acreedores como el Fondo Monetario Internacional; la inflación anual ha alcanzado más del 120%; y el 40% de la población vive en la pobreza.

Cerrar ministerios

Para controlar la crisis, Milei ha propuesto no solo privatizar la ciencia, sino también cerrar los ministerios de medio ambiente y salud, y abolir los actuales sistemas de salud pública y educación. El político antisistema incluso ha planteado la idea de permitir que la gente venda sus propios órganos para obtener beneficios. En cuestiones medioambientales, es igualmente provocativo, calificando el cambio climático de “un engaño socialista” y diciendo que una empresa debería poder contaminar un río como mejor le parezca.

El ascenso de Milei ha sido meteórico, y actualmente lidera las encuestas, aunque los expertos electorales no necesariamente confían en las cifras y sus competidores aún esperan ganar. En 2021 informa la publicación, Argentina invirtió alrededor de 0,52% de su PIB en investigación y desarrollo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico de París. Por el contrario, países como Israel o Corea del Sur, que se consideran inversores saludables en ciencia, contribuyen diez veces más.

Si Milei llega a la presidencia, afirman fuentes que hablaron con Nature, los investigadores abandonarán el país en busca de empleo. Podrán ganarse la vida en otros lugares porque tienen talento, afirma Aliaga. Pero “la pérdida de científicos es un problema para el país”.

“Ningún gobierno puede darse el lujo de destruir la ciencia”, dice Carlos Frasch, biólogo molecular y celular ahora jubilado de un instituto financiado por el CONICET que forma parte de la Universidad Nacional de San Martín. Frasch destaca una larga lista de logros científicos en Argentina, incluidos premios Nobel ganados por sus investigadores, una vacuna contra el COVID-19 desarrollada localmente que se encuentra en su última etapa de prueba y un fuerte sector de energía nuclear.

Debido a las crisis económicas que han afectado a Argentina durante mucho tiempo, la fuga de cerebros es una amenaza constante. La hiperinflación de finales de los años 1980 y una crisis bancaria en 2001 llevaron a miles de científicos a buscar trabajo en Europa y Estados Unidos. Aun así, Argentina todavía tiene una de las mejores proporciones de investigadores por habitantes de América Latina, dice Aliaga. En 2014, por ejemplo, contaba con unos 1.200 investigadores por cada millón de habitantes. En cambio, Brasil tenía alrededor de 890 por cada millón de habitantes.

En resumen, señala Nature, «la elección en Argentina se presenta como un momento crítico para la ciencia y la investigación en el país, ya que los candidatos tienen propuestas divergentes sobre el papel del Estado en la financiación y el apoyo a la investigación científica».

Fuente: Nature