¿Por qué los «reality shows» fascinan a los televidentes?
Tiempo de lectura: 3 minutos A pesar de la evolución de la programación y la llegada de nuevas plataformas de entretenimiento, los reality shows siguen cautivando a la población y generando conversación en todo el país. Lorena Antezana, académica de la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, plantea que la socialización, la conexión emocional y la construcción de la propia identidad son algunas de las razones de este nuevo ciclo.
Una de las razones clave es la conexión emocional que se establece entre los espectadores y los participantes. Los chilenos y chilenas encuentran en los reality shows un reflejo de sus propias experiencias y emociones, lo que crea un vínculo genuino. La identificación con los desafíos, sueños y conflictos de los concursantes crea una inmersión que va más allá de la pantalla. Además, ofrecen una ventana a la psicología humana y las dinámicas sociales. La observación de cómo los participantes enfrentan situaciones de estrés, cooperación y competencia permite a la audiencia analizar comportamientos y tomar perspectivas diversas. Esto se convierte en un tema de conversación constante, tanto en línea como en la vida cotidiana.
Así lo explica la profesora Lorena Antezana, académica de la Facultad de Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile y directora del Núcleo de Investigación en Televisión y Sociedad (NitsChile) del mismo plantel.
– ¿Cuál cree que es la principal razón detrás de la continua popularidad de los reality shows?
La televisión es súper cíclica en el sentido de que, de acuerdo al clima social, el clima ambiente, lo que está ocurriendo en la sociedad, hay períodos en que va a primar, por ejemplo, un interés por la información, hay otros períodos más bien en que se busca hacer catarsis y separarse de la realidad, que es precisamente uno de los que estamos viviendo. Hay una desafección política o un bajo interés o una decepción general y se busca como espacios de catarsis otro tipo de lugares. Entonces, ahí se va a privilegiar la ficción o estos programas que son híbridos, en que tienes personas reales, pero jugando un determinado papel, o en condiciones de encierro que no son reales.
Entonces, lo que estamos viviendo corresponde a ese periodo y esa necesidad. Eso hace que vuelvan estos programas que dejan de generar interés en un periodo, pero que luego pueden volver porque la televisión varía muy poco, es bastante estable en sus contenidos, y eso hace que la repetición sea la norma más que la innovación. Estos ciclos en general duran, por lo menos, dos o tres años, después va a empezar a decaer y luego va a venir otra racha. Es como la moda.
– ¿Cómo han logrado los reality shows mantenerse relevantes y atractivos en un mundo dominado por la tecnología y el contenido en línea?
Porque precisamente lo que han logrado las plataformas y todo este consumo a la medida es una alta segmentación de audiencias. Y cuando tienes una alta segmentación de audiencias no hay discursos que se compartan, o sea, no tienes ni discursos políticos, ni religiosos, ni de otra naturaleza que sean compartidos por el grueso de las personas. Entonces, la televisión todavía sigue siendo prácticamente el único medio que propone ciertos relatos pensando en públicos amplios, y esto hace que sea casi el único espacio también en que vas a tener un interés intergeneracional.
La segmentación hace que solo conversemos entre iguales. Y estos iguales no son solo los que piensan como yo, sino los que son más o menos de mis mismas características, de mi mismo segmento etario. Y la televisión, al ser un discurso un poco más masivo, permite al menos la discusión entre distintos. Entonces, ese es un espacio que igual sigue siendo interesante no solo de analizar, sino que es una necesidad social que no hay otro medio que esté cumpliendo.
Fuente: U. de Chile