¿Cómo prevenir las dolencias asociadas a la vejez?
Tiempo de lectura: 3 minutos Una serie de enfermedades motoras y cognitivas se presentan con más frecuencia en las personas mayores. Sin embargo, académicos y académicas de la Universidad de Chile plantean que muchas de ellas se pueden prevenir llevando una vida sana.
La vejez es una de las etapas de nuestra vida que las personas más asocian a enfermedades y dolencias de distinto tipo, percepción que la ha vuelto un periodo que muchas veces produce temor e incertidumbre. Sin embargo, los criterios que definen en qué momento uno llega a la vejez son bastante subjetivos. Así lo indica el doctor Felipe Salech, académico de la Facultad de Medicina y Geriatra del Hospital Clínico de la Universidad de Chile, quien plantea que la edad de quien se considera una persona mayor ha cambiado con los años.
La realidad de las personas mayores es muy distinta a la de antes también en el ámbito laboral. De hecho, su tasa de ocupación ha ido en aumento durante la última década y la más reciente Encuesta Nacional de Empleo (ENE) contabiliza en más de 570 mil las personas mayores que desempeñan algún trabajo. Esta situación, para el doctor Salech, ejemplifica la imposibilidad de delimitar a este grupo.
Pese a ello, las personas mayores siguen estando expuestas a dolencias de distinto tipo. Andrea Slachevsky, académica y coordinadora del Centro de Memoria y Neuropsiquiatría del Campus Oriente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, apunta a una serie de enfermedades neurodegenerativas dentro de las que se encuentra el Alzheimer. “Son enfermedades que aún conocemos relativamente poco, pero en la cual se produce una muerte anormal de ciertas regiones cerebrales y ciertas neuronas”, describe la neuróloga.
La académica de la Facultad de Medicina también señala que las personas mayores tienen un mayor riesgo de desarrollar accidentes cerebrovasculares. Sin embargo, aclara que en ninguno de estos casos debe apuntarse a la vejez como una causa de estas dolencias, sino como un factor de riesgo. En este sentido, plantea que -en general- son una serie de distintos factores los que determinan las chances de desarrollar la mayoría de estas enfermedades.
“Yo hago la analogía de pensar nuestro cerebro como una pelota de fútbol y uno de los elementos principales es cuan bien inflada está nuestra pelota de fútbol. Ahí son fundamentales los determinantes sociales de la salud (…) Después entran toda una serie de factores que van haciendo que nuestra pelota de futbol pueda sufrir de pinchazos. Se han identificados una serie de factores de riesgo como las enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes o colesterol alto”, detalla la doctora Slachevsky.
También existen factores incidentes desde la salud mental, señala la académica del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile, Daniela Thumala, quien advierte cómo en esta etapa uno se ve enfrentado de forma constante a la perdida de gente cercana, lo que puede derivar en el desarrollo de cuadros depresivos.
Sin embargo, para la psicóloga, este último punto sigue resultando materia de debate, dada la falta de estudios y estadísticas que apunten a una mayor prevalencia de la depresión en personas mayores por sobre otros grupos etarios de la población. “¿Cómo sabemos cuánta gente mayor está deprimida? A lo mejor hay depresiones que no son diagnosticadas o que pasan sin que nadie las detecte a tiempo y, por lo tanto, no reciben tratamiento. Así que tampoco hay demasiada claridad”, admite Thumala.
Prevención temprana
Pese a la naturaleza crónica y/o invalidante de varias de estas enfermedades, desde distintas áreas de la salud se sostiene que una vida sana favorece una vejez con menores complicaciones. El doctor Salech enfatiza esto en relación a dolencias comunes para las personas mayores, como la sarcopenia, pérdida de masa muscular asociada al envejecimiento que determina un menor rendimiento funcional de los músculos. “Uno, por ejemplo, observa ensayos clínicos de personas mayores enfrentadas a programa de estimulación física y son capaces de tener un mejor rendimiento físico y, en ese contexto, una mejor funcionalidad motora” destaca.
La actividad no solo permite retrasar o evitar el desarrollo de las enfermedades motoras. De acuerdo a la doctora Slachevsky, a nivel cerebral, es posible prevenir enfermedades en la medida que uno se mantenga desarrollando una constante actividad cognitiva. “El nivel de educación es un factor protector para enfermedades cerebrales asociadas a la vejez, pero también hay otros factores como la actividad física, el cuánto uno usa su cerebro a lo largo de la vida y la alimentación”, asegura la neuróloga.
Es por ello que el doctor Salech destaca la importancia de mantener una vida activa antes y durante la vejez, manteniendo un control de salud activo y siempre llevarlo desde una perspectiva preventiva. “Para poder mantenerse funcional, es muy relevante tener una gran capacidad física. Para ello, es muy relevante mantener un entrenamiento físico”, aconseja el geriatra.
Fuente: U. de Chile