#50años: Tecnologías al servicio de la memoria y los DD.HH.
Tiempo de lectura: 2 minutos Las tecnologías y la ciencia sirven para facilitar la vida de las personas, pero también como herramientas al servicio de la memoria y los derechos humanos. En el marco de los 50 años del Golpe, Cooperativa Ciencia hizo un recorrido por el Museo de la Memoria, un espacio que ha usado la innovación para conectar a la comunidad con la historia.
«El museo es una escuela. El artista aprende a comunicarse. El público aprende a hacer reflexiones«. Esta es una de las frases que expone la fachada externa del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos (MMDH), que fue inaugurado en 2010 por la ex presidenta Michelle Bachelet. Este espacio ha buscado ser un proyecto de reparación moral a las víctimas, proponiendo una reflexión del pasado y con miras a que las nuevas generaciones puedan construir un futuro mejor de respeto irrestricto a la vida y la dignidad de las personas.
Pero, ¿cómo lograr estos propósitos en un contexto de desafección y polarización política? Según la última encuesta Criteria, el 56% de los encuestados cree que la conmemoración de los 50 años del Golpe “nos divide como país”, 40 puntos más de quienes piensan que “nos une como país”. En este escenario, uno de los grandes desafíos que se presentan es hacer que el público conecte con la historia, y es ahí donde las tecnologías asumen un papel protagónico.
Así lo plantea la directora ejecutiva del MMDH, María Fernanda García, quien explica que la accesibilidad tecnológica «es muy importante para que conozcamos nuestra propia realidad y la memoria histórica, para vincularla a una memoria democrática a futuro«.
Sin emotividad, no hay DD.HH.
A la fecha, el MMDH cuenta con una serie de recursos tecnológicos que buscan acercar la experiencia a la comunidad. Pantallas táctiles, videos, audios y aplicaciones se distribuyen a lo largo del recorrido. El memorial Ausencia y Memoria es una de las instalaciones más emotivas, donde se han incorporado las imágenes de los rostros de personas detenidas desaparecidas en el corazón del edificio. Además, el espacio permite que los visitantes conozcan parte de la biografía de las víctimas, a través de una pantalla táctil. «Puedes ponerles cara, buscar sus datos«, detalla García.
«A través de imágenes, videos, audios, podemos conocer los verdaderos testimonios de las víctimas, ver las situaciones donde ocurren estos hechos de violencia«, señala el mediador del MMDH, Francisco San Martín, quien destaca el rol de las tecnologías como herramientas que pueden hacer más efectivo el vínculo entre las personas y la memoria.
«Antes, había muchas situaciones de violencia que pasaban a vista y paciencia de menores de edad. No había ningún tipo de respeto a los derechos de esos niños, que probablemente eran hijos de pobladores. Eso, si alguien te lo cuenta, te puedes hacer una idea, pero verlo es mucho más extremo. Eso nos permite la tecnología, acceder a la historia, vincularnos con ella«, destaca San Martín.
«Al percibir las historias desde otros sentidos, desde un audio, un testimonio, cambia radicalmente la percepción y uno se puede dar cuenta y conectar de otra forma. Son elementos muy conmovedores. Hasta ahora nos sirve mucho para hacer conexiones y despertar emociones. Sin el lado emotivo no podemos hablar de derechos humanos«, advierte el mediador.
El MMDH también posee centros de documentación con archivos audiovisuales y escritos que están digitalizados. Asimismo, cuenta con un recorrido virtual disponible en su sitio web. «El gran desafío del Museo es situarlo en una tecnología 2.0. Es con lo que nos vinculamos, pero también es la herramienta para que las personas fuera de Chile nos consulten, nos hagan visitas guiadas virtuales desde el exterior, y que podamos salir de los límites físicos del museo«, detalla la directora ejecutiva del MMDH.
