Los pedidos en Uruguay llegarán volando
Tiempo de lectura: 2 minutos «¿Es un pájaro? ¿Es un avión? No, es un dron repartidor». Esta va a ser, seguramente, una de las bromas más recurrentes en las calles uruguayas a finales de año, cuando los primeros drones delivery circulen por el cielo llevando alimentos, medicamentos y otros productos livianos.
Luego de convertirse en la primera empresa en poder hacer entregas con drones en el país suramericano, Drone.uy ensaya con paquetes de entre dos y cinco kilos en el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU), donde esta idea futurista se está convirtiendo en realidad.
Por ahora, los envíos con drones solo se llevan a cabo con empresas colaboradoras, pero la intención de la compañía es probarlos en los próximos meses en algunos barrios privados y abrir el negocio en distintos países latinoamericanos en los próximos años.
Repartos verdes
«Es un sistema que alcanza y democratiza a la sociedad, porque te hace llegar servicios que antes no te estaban llegando», afirma en una entrevista a EFE Diego Silva, cofundador de Drone.uy, que considera que este nuevo ‘delivery’ funciona «muy bien» en comunidades aisladas.
El funcionamiento es sencillo: una persona genera un pedido a través de una aplicación, se crea una ruta automática al lugar donde se encuentra la plataforma del dron, que sale volando a entre cinco y siete metros del suelo y, cuando llega a su destino, baja el paquete por un cable, lo deja y vuelve a su base.
Las entregas se llevan a cabo en un radio de cinco kilómetros y los clientes reciben sus pedidos en unos 25 minutos.
Silva señala que otro de los beneficios del delivery con drones es que es «más verde», ya que tres aeronaves de entregas al año supondrían «una tonelada de dióxido de carbono que no se está enviando«.
Pioneros en Latinoamérica
El hecho de que los sistemas de reparto son un transporte en el aire y que no existen precedentes en Latinoamérica, conllevó «muchas trabas» al principio, ya que requerían «una atención distinta» y coordinación con la Dirección Nacional de Aviación Civil e Infraestructura Aeronáutica, que en 2016 autorizó a Drone.uy a hacer envíos . También lo serán, al menos al principio, el costo de los drones -unos 15.000 dólares cada uno- y los precios, que en estos momentos se estima que rondarán los ocho dólares por envío.
Conscientes de que Uruguay es un país plano, Silva y Mujica ven que su proyecto puede resultar atractivo en otros países latinoamericanos con más relieve y, por tanto, con más dificultades para abastecerse con productos básicos. El problema reside en la regulación, porque a excepción de Uruguay recibió la primera habilitación comercial y de entrega a personas, el resto de países de la región está «lejos» de alcanzar esos avances reglamentarios.
«Lo primero que hay que impulsar desde Latinoamérica es la regulación, que será una realidad este año en Europa y Estados Unidos ya está desarrollando distintas pruebas con Amazon y Google», subraya Silva.