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Hemorragia y trastornos hipertensivos lideran las causas de muerte materna en el mundo

Hemorragia y trastornos hipertensivos lideran las causas de muerte materna en el mundo

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Tiempo de lectura: 3 minutos Un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) revela que estas condiciones fueron responsables de la mayoría de las 287 mil muertes maternas estimadas en 2020.

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Este año, el Día Mundial de la Salud, que se conmemora cada 7 de abril, tiene como consigna la salud de la madre y el recién nacido. A través de la campaña «Comienzos saludables, futuros esperanzadores», la Organización Mundial de la Salud (OMS) busca instar a los gobiernos a intensificar los esfuerzos para poner fin a las muertes prevenibles de madres y recién nacidos.

Con el objetivo de levantar información actualizada, el organismo internacional elaboró un estudio que identifica la hemorragia grave y los trastornos hipertensivos, como la preeclampsia, como las principales causas de mortalidad materna a nivel global.

Estas condiciones provocaron la mayoría de las 287 mil muertes maternas estimadas en 2020, subrayando las brechas críticas en el acceso a servicios de salud esenciales durante el embarazo y el parto.

El informe, publicado en The Lancet Global Health, constituye la primera actualización global de la OMS sobre las causas de mortalidad materna desde la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2015.

27% de muertes maternas fueron por hemorragia

Los datos que revela son alarmantes. Así lo señala la Dra. Pascale Allotey, directora de Salud Sexual y Reproductiva de la OMS, «Es fundamental descubrir por qué mueren las embarazadas y las madres para solventar la persistente crisis de mortalidad materna en el mundo y velar por que las mujeres tengan las máximas posibilidades de sobrevivir al parto».

La hemorragia (sangrado intenso), que ocurre principalmente durante o inmediatamente después del parto, fue responsable de casi un tercio (27%) de las muertes maternas en 2020, lo que se traduce en aproximadamente 80 mil vidas perdidas.

Le siguen de cerca los trastornos hipertensivos del embarazo, incluida la preeclampsia, que causaron el 16% de las muertes (unas 50 mil mujeres). La preeclampsia, una condición grave caracterizada por presión arterial alta, puede derivar en complicaciones fatales si no se maneja adecuadamente.

El impacto: infecciones y enfermedades crónicas

Más allá de estas causas obstétricas directas, el estudio de la OMS destaca que casi una cuarta parte (23%) de las muertes relacionadas con el embarazo y el parto se deben a condiciones médicas preexistentes o concurrentes, conocidas como causas indirectas.

Entre ellas se incluyen enfermedades infecciosas como el VIH/SIDA y el paludismo (malaria), así como enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, problemas cardiovasculares y la anemia severa.

Muchas de estas afecciones subyacentes no se detectan o tratan eficazmente durante el embarazo, lo que incrementa significativamente el riesgo para la madre.

El informe también menciona otras causas directas de mortalidad materna con menor prevalencia, como sepsis (infecciones graves), embolias pulmonares (coágulos), complicaciones derivadas de abortos (espontáneos o inducidos, incluidos los inseguros) y complicaciones de la anestesia o traumatismos del parto.

Atención oportuna y de calidad: la clave para salvar vidas

Los hallazgos de la OMS subrayan la necesidad urgente de reforzar la atención materna en todas sus etapas. Por ejemplo, indica que es fundamental mejorar la asistencia prenatal para detectar riesgos tempranamente y asegurar acceso universal a atención obstétrica de urgencia.

La atención posparto también es vital, ya que la mayoría de las muertes ocurren durante o poco después del parto, pero muchas mujeres carecen de seguimiento adecuado.

La Dra. Allotey enfatizó la dimensión de la equidad: «Se trata también de un enorme problema de equidad en el mundo: todas las mujeres, con independencia de su lugar de residencia, deben recibir una atención de salud de alta calidad y basada en la evidencia antes, durante y después del parto».

Comprendiendo la complejidad del problema, la Dra. Jenny Cresswell, investigadora de la OMS y coautora del artículo, añadió: «A menudo, son varios los factores que provocan la muerte de una mujer durante o después del embarazo, y están interrelacionados. Se ha demostrado que adoptar un enfoque más integral de la salud materna permite aumentar las posibilidades de que el embarazo y el parto transcurran sin sobresaltos».


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