Actividad física podría mejorar los resultados de pruebas SIMCE y convivencia escolar

Tiempo de lectura: 2 minutos Un estudio de la Universidad de La Frontera (UFRO) analizó a más de 215 mil estudiantes de cuarto básico, quienes manifestaron un mejor rendimiento en las pruebas estandarizadas como resultado de la actividad física frecuente.
Frente al contexto actual de rendimiento escolar y niveles de violencia en los establecimientos chilenos, un grupo de investigadores de la Universidad de La Frontera (UFRO) realizó un estudio donde abordaron el potencial de la actividad física en escolares en el clima escolar y desempeño académico de niños y niñas de cuarto básico.
La investigación, publicada en 2024, incluyó a 4.990 escuelas, entre públicas, subvencionadas y privadas, desde Arica a Punta Arenas, considerando a más de 215 mil niños y niñas que rindieron la prueba SIMCE de Lectura y Matemáticas entre 2017 y 2018.
Uno de los aspectos que destacaron fue la brecha que prevalece entre establecimientos de distintos niveles socioeconómicos. De acuerdo con los últimos resultados de la prueba estandarizada SIMCE, los establecimientos de un nivel socioeconómico bajo mantienen una diferencia de 55 puntos en la prueba de matemáticas, versus escuelas de niveles altos.
«Si comparamos los colegios de nivel socioeconómico bajo, vemos que los que promueven estos ámbitos presentan muchos mejores resultados académicos, reduciendo al mismo tiempo la brecha socioeconómica existente. Pero, esto también ocurre en todos los estratos, relevando el impacto de promover el deporte«, destacó el director de la investigación, Pedro Delgado.
En ese sentido, la principal propuesta de los investigadores es avanzar en la promoción del deporte por una hora diaria para los estudiantes.
¿Cómo afecta al clima escolar?
En el transcurso de la investigación, el equipo descubrió que la actividad física se relacionó con cambios positivos en el rendimiento académico, especialmente en estudiantes que pertenecen a un bajo nivel socioeconómico. En suma, los establecimientos que potenciaron estos temas, mediante clases o talleres deportivos, vieron un aumento en más de 10 puntos en la prueba de matemáticas y en más de 12 en la de lectura del SIMCE, en comparación a colegios del mismo estrato que no fortalecieron la práctica del deporte.
Otra de las aristas incluidas en el estudio fue la convivencia escolar, algo que se ha visto perturbado durante las últimas semanas con casos de bullying, peleas y acoso. La investigación reveló que existe una relación entre el nivel socioeconómico, el clima escolar y el impacto que tendría la actividad física.
«Las escuelas cuyos estudiantes son principalmente de niveles bajo tienden a tener un clima escolar poco saludable, lo que afecta las interacciones socioemocionales y las relaciones de los escolares, ejerciendo un impacto directo en su rendimiento académico. A esto se suma que un clima escolar poco saludable, se asocia con menos días de educación física y menores probabilidades de participar en la práctica de actividad física», agregó uno de los investigadores, Pedro Delgado.
El clima escolar fue evaluado en base a tres indicadores: la encuesta de clima escolar de la Agencia de Calidad de la Educación, el Inventario Integral de Clima Escolar y la Encuesta de Convivencia Escolar para Estudiantes creado por la Fundación Paz Ciudadana.
«Los resultados demuestran que promover actividades deportivas y culturales, potencian los aprendizajes de los estudiantes. Esto, ya que incrementan las conexiones neuronales, permite que el músculo esquelético se coordine a través de distintos procesos con el cerebro, que es lo que termina por mejorar los aprendizajes, añade el investigador UFRO.