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¿Por qué no hay que rascarse un sarpullido aunque pique? Estudio reveló paradójica respuesta

¿Por qué no hay que rascarse un sarpullido aunque pique? Estudio reveló paradójica respuesta

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Tiempo de lectura: 2 minutos En el análisis se comparó a los ratones que reaccionaron a los alérgenos y los que, por ausencia de una neurona sensora del picor, no lo hicieron. A la fecha, los investigadores estudian nuevas terapias contra afecciones como dermatitis y rosácea.

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El estudio publicado en la revista Science, liderado por la Universidad de Pittsburgh analizó un tipo de dermatitis alérgica de contacto en ratones con el objetivo de explicar la hinchazón de los sarpullidos al rascarlos, aún cuando puede resultar satisfactorio.

Para estudiar la reacción alérgica, los investigadores utilizaron alérgenos inductores de picor en los roedores para producir síntomas similares al eccema, una afección también conocida como dermatitis atópica. Así, aplicaron los alérgenos en las orejas de ratones normales y en aquellos que no poseían una neurona sensora del picor.

Cuando los ratones normales se rascaron, sus orejas se inflamaron, llenándose de neutrófilos, una de las primeras células inmunitarias inflamatorias. Mientras que, estos efectos fueron notablemente leves en aquellos roedores carentes de la neurona sensora y los que portaban un collar isabelino.

¿Por qué rascar la piel agrava la situación?

Los científicos demostraron que al rascar la piel se libera una neurona sensora del dolor, denominada sustancia P, la cual activa los mastocitos -células que conforman tejidos- que reclutan neutrófilos y aumentan la hinchazón del sarpullido.

En el caso de la dermatitis por contacto, los alérgenos activan directamente los mastocitos, generando el picor.

En cuanto a la inflamación, el científico e investigador del estudio, Daniel Kaplan, explicó que la liberación de la sustancia P además activa a los mastocitos a través de una segunda vía, vale decir, los mastocitos se coordinan por dos vías.

Rascar no es del todo negativo

Curiosamente, los investigadores dieron con otro punto clave: rascar los sarpullidos también ayuda proteger la superficie cutánea de las infecciones bacterianas.

Si bien, este tipo de glóbulo blanco es el principal potenciador de la inflamación, cumple un importante rol al proteger la piel frente a bacterias y patógenos. Los científicos concluyeron que el rascado redujo la cantidad de Staphylococcus aureus, la bacteria responsable de infecciones cutáneas.

«El hallazgo de que rascarse mejora las defensas contra el Staphylococcus aureus sugiere que podría ser beneficioso en algunos contextos», afirma Kaplan, pero «el daño que el rascado produce en la piel probablemente compense este beneficio cuando el picor es crónico«.

El equipo está investigando nuevas terapias para la dermatitis y otras afecciones inflamatorias de la piel, como la rosácea y la urticaria, que supriman la inflamación dirigiéndose a los receptores de los mastocitos.


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