Linterna molecular logra detectar metástasis en zonas profundas del cerebro
Tiempo de lectura: 2 minutos Este dispositivo, mínimamente invasivo, utiliza un haz de luz del grosor de una micra para analizar la composición química del tejido cerebral en ratones, identificando cambios moleculares indicativos de tumores o traumatismos.
Una innovadora «linterna molecular» promete revolucionar la detección de metástasis cerebral y otras lesiones. La técnica, conocida como espectroscopía vibracional, utiliza una sonda de menos de un milímetro de grosor con una punta microscópica.
Esta característica permite su inserción en áreas profundas del cerebro sin causar daño significativo, a diferencia de las técnicas invasivas utilizadas actualmente.
El hallazgo, realizado en el marco del consorcio internacional NanoBright, fue publicado en la revista Nature Methods y ha sido desarrollado, entre otros, por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) y Instituto Cajal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
«Esta tecnología nos permite estudiar el cerebro en su estado natural, no es preciso alterarlo previamente«, explica Manuel Valiente, director del Grupo de Metástasis Cerebral del CNIO. La sonda ilumina el tejido cerebral y analiza la luz dispersada, revelando la «firma molecular» de las células y permitiendo detectar anomalías.
Aplicaciones en metástasis
El equipo del CNIO ha utilizado la linterna molecular en modelos experimentales de metástasis cerebral en ratones. «Como ocurre con los pacientes, hemos visto frentes del tumor que sueltan células que escaparían a la cirugía«, señala Valiente.
El objetivo futuro es refinar la técnica para diferenciar entre distintos tipos de metástasis y tumores cerebrales. Valiente añade que buscan saber si la información de la sonda permite «diferenciar diversas entidades oncológicas, por ejemplo, los tipos de metástasis acorde a sus perfiles mutacionales».
Por otro lado, el Instituto Cajal del CSIC, bajo la dirección de Liset Menéndez de la Prida, ha aplicado la tecnología al estudio de zonas epileptógenas tras traumatismos craneoencefálicos. «Pudimos identificar diferentes perfiles vibracionales en las mismas regiones cerebrales susceptibles de generar crisis epilépticas, dependiendo de su asociación a un tumor o a un traumatismo», explica Menéndez de la Prida.
La investigadora añade que «la integración de espectroscopía vibracional con inteligencia artificial nos va a permitir identificar nuevos marcadores diagnósticos de alta precisión».
Esta nueva tecnología abre la puerta a diagnósticos más precisos y tempranos, permitiendo intervenciones más efectivas y personalizadas. A diferencia de las técnicas optogenéticas, la linterna molecular no requiere la modificación genética de las neuronas, lo que facilita su aplicación y amplía su potencial en la investigación biomédica.
La espectroscopía vibracional promete transformar el estudio del cerebro, ofreciendo una ventana sin precedentes a su compleja composición y funcionamiento. La investigación continúa para perfeccionar la técnica y trasladar sus beneficios a la práctica clínica en humanos.