Recomendaciones para manejar el estrés escolar a fin de semestre
Tiempo de lectura: 2 minutos Especialista en desarrollo cognitivo entrega recomendaciones para sortear de mejor manera y sin estrés las evaluaciones características de fin de semestre en el colegio.
En las últimas semanas del semestre, las evaluaciones finales se acumulan tanto para niños como para adolescentes en edad escolar. Según la académica de la Escuela de Fonoaudiología UNAB y especialista en desarrollo cognitivo, Claudia Figueroa, este periodo, caracterizado por un aumento significativo de exámenes y tareas, incrementa el estrés en la población infanto-juvenil y puede afectar negativamente la dinámica familiar, especialmente en busca de mejores resultados académicos.
En cuanto a los procesos de cognición y aprendizaje, la docente UNAB entrega algunas sugerencias para manejar mejor este período para los escolares:
Cuidado del sueño
Figueroa indica que, para aprender, nuestro cerebro necesita de buenas prácticas de sueño: tener horarios de inicio del sueño y de despertar, de manera estable y dentro de la rutina.
“En general, esto puede verse potenciado por una dieta equilibrada, espacios tranquilos y anticipación con disminución de la actividad en las horas más cercanas a dormir», menciona Figueroa.
Rutina de estudio y descanso
“La atención de nuestro cerebro y la capacidad de retener o procesar la información es limitada”, señala la académica. Sugiere períodos escalados de 40-45 minutos de atención sostenida y espacios de descanso de 5 a 10 minutos.
De la misma manera, actividades recreativas para divertirse o interactuar con pares son un eje fundamental para promover un desarrollo psicosocial y cognitivo saludable.
Limitar pantallas
Aunque limitar las pantallas es una estrategia transversal para un adecuado desarrollo y aprendizaje en la infancia y adolescencia, en los periodos en que aumentan los requerimientos escolares, Figueroa sostiene que es fundamental acotar las interacciones con pantallas.
“Las pantallas pueden saturar, activar y promover una actividad cognitiva de excitación con refuerzos inmediatos tan alta que intentar luego actividades más organizadas y controladas como asociar, significar, interpretar información como lo requiere el aprendizaje escolar, puede ser tremendamente difícil, angustiosa y perjudicial en la disposición de los menores a tales requerimientos”, agrega.
Progresar escalonadamente
La especialista indica que para lograr integrar los contenidos es recomendable progresar en el estudio desde la conceptualización (memorización de la información) a la integración, que es el análisis e integración significativa o capacidad de usar lo aprendido.
“Para ello, leer es un paso concreto e inicial, pero si lo que pretendemos es profundizar hay que relacionar y ello puede ser con mapas conceptuales, resúmenes, esquemas o análisis verbal o escrito en el caso de escolares adolescentes, por ejemplo”, explica.
Estrategias activas
El uso de estrategias de estudio varía según las características individuales de los estudiantes y puede incluir varias técnicas como destacar información, hacer esquemas, y utilizar el conocimiento para encontrar soluciones nuevas a problemas.
“Por ejemplo, los niños pequeños pueden dibujar lo que han aprendido, mientras que los mayores pueden escribir comentarios en los textos o crear esquemas digitales. Además, es útil que los estudiantes formulen sus propias preguntas y respuestas sobre el material”, señala la académica.
La especialista agrega que “es fundamental preguntar a cada niño o adolescente qué estrategias prefieren, además de fomentar y validar todas estas técnicas. Lo esencial en el diseño de una estrategia es comprender que es una herramienta para facilitar el acceso y comprensión de la información”.
Finalmente, cualquier estudio o tarea desafiante requiere estrategias de refuerzo, tanto durante el proceso como al finalizarlo, independientemente de los resultados. Por ello, la especialista destaca que es importante reconocer y valorar el esfuerzo dedicado a mejorar el desempeño. “Idealmente, estas estrategias deben anticiparse y co-crearse con los menores para validar sus procesos personales, ya que el aprendizaje está profundamente ligado a los procesos emocionales”, concluye.