ONG dirigida por chileno recibe Premio Princesa de Asturias
Tiempo de lectura: 2 minutos El director ejecutivo de Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Desatendidas (DNDi en sus siglas en inglés), Luis Pizarro, de origen chileno, se mostró convencido de que «un modelo de investigación y desarrollo sin fines de lucro, basado en las necesidades de los pacientes, es posible»
«En 2023, gracias a los avances de la ciencia, al trabajo de nuestros equipos y socios y a la atención que nos dan con este premio, podemos, todos juntos, acabar con las enfermedades desatendidas«, afirmó Pizarro en la ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias el pasado viernes 20 de octubre en la ciudad española de Oviedo.
La Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Desatendidas (DNDi) fue galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2023 por haber desarrollado en sus veinte años de historia numerosos medicamentos «eficaces, accesibles y asequibles» para dolencias que causan «graves estigmas sociales y millones de muertes al año».
Entre las enfermedades en las que centra su trabajo, muchas de las cuales afectan especialmente a áreas tropicales, están la ceguera de los ríos o filariasis, la enfermedad del sueño, la leishmaniasis cutánea y visceral, la hepatitis C, la malaria, la meningitis criptocócica, el dengue, el VIH, el micetoma y, en los últimos años, la covid-19.
En presencia de los reyes de España y de sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, Pizarro recordó que una de cada cinco personas, es decir, unos 1.600 millones de seres humanos, sufren alguna de esas enfermedades «que cada día matan, desfiguran y arruinan, no sólo a los enfermos, sino también a sus comunidades y seres queridos».
Millones desatendidos
Tras reconocer que en un mundo ideal su organización no debería haber sido galardonada porque significaría que ningún paciente sería ignorado y que DNDi no tendría razón de ser, Pizarro incidió en que sigue habiendo millones de enfermos «desatendidos, olvidados e invisibles» que no tienen cura, porque «son demasiado pobres para que sus enfermedades interesen en este lado del mundo».
Como ejemplo puso el caso de Amasi, una joven sudanesa de 18 años afectada por una enfermedad que destruye los tejidos y que suele conllevar la amputación de las extremidades, y el de Bimal, un trabajador indio con VIH que ya no puede mantener a su familia por sufrir leishmaniasis, la enfermedad de los perros en los países desarrollados.
«Esta situación inaceptable no es una fatalidad y hoy tenemos la opción de no seguir ignorando a estos pacientes«, señaló el directivo de DNDi, antes de recordar que la pandemia de covid puso de relieve cómo la ciencia es capaz de lograr hazañas con un poco de voluntad política.
En su opinión, si sus pacientes se ven privados de los avances de la investigación médica «es porque nacieron en el lugar equivocado», porque son «demasiado pobres para constituir un mercado lucrativo» y porque no cuentan con una voz que se oiga.
No obstante, afirmó que lejos de querer dar lecciones de moralidad, pretende trasladar un mensaje de esperanza porque gracias al trabajo de su organización y socios de todo el mundo han logrado ya desarrollar doce nuevos tratamientos para los pacientes olvidados.
Fuente: EFE