Nobel de Medicina y la unión de dos mundos
Tiempo de lectura: 2 minutos El galardón reconoció sus investigaciones que llevaron a las vacunas de Covid-19 basadas en ARN mensajero. El trabajo interdisciplinario junto a una importante inversión estatal serían la clave para el éxito de sus investigaciones.
Los científicos Katalín Karikó y Drew Weissman recibieron el premio Nobel de Medicina por sus investigaciones que llevaron a las vacunas de Covid-19 basadas en ARN mensajero.
Para el Doctor en Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Santiago, Marcelo Cortez, el Premio Nobel de Medicina 2023 demuestra que los Estados deben aportar a la ciencia básica, porque es la que resuelve los problemas de la humanidad.
El académico de la Usach recordó que la doctora Karikó enfocó su vida al desarrollo de una propuesta que sería innovadora para la época. “Ella se preguntaba para qué gastar energías en encontrar una proteína que faltaba en un proceso metabólico, en vez de colocar el RNA mensajero en una célula de tal manera que fuera traducido y esa proteína fuera la responsable de la cura”, comentó.
Según Cortez la investigadora se enfrentó a muchos problemas, no tan solo porque la comunidad científica no creía en ella sino porque, técnicamente, el ARN es muy difícil de mantener estable.
En conversación con Todo Tiene Su Ciencia, la investigadora del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia, Susan Bueno, destacó la importancia de la interdisciplina para llegar a avances científicos: «Parte de lo que investigó la doctora Karikó era entender cómo funcionaba esta molécula de ARN mensajero y el doctor Weissman, que era inmunólogo, entender por qué las moléculas de ARN mensajero que produce nuestro cuerpo no son inmunogénicas, no producen inflamación, mientras que las que son generadas por microorganismos sí causan inflamación«.
«Esta combinación es interesante de la ciencia colaborativa, de dos mundos que se juntan para responder una pregunta y lograr entender las características de una molécula de ARN», añade Bueno.
¿Cómo funciona el ARN mensajero?
El ARN mensajero (ARNm) o ácido ribonucleico mensajero es un tipo de molécula que transporta la información genética necesaria de una parte de la célula a otra para fabricar las proteínas que nos permiten respirar, comer, y pensar. Su misión es trasmitir el código genético desde el ADN (en el núcleo de una célula) hasta los ribosomas, que están fuera del número y son los encargados de hacer las proteínas.
A diferencia del ADN, que puede sobrevivir días, el ARN solo vive durante horas, es una molécula frágil que cumple su misión y se desintegra; de ahí que las vacunas de ARN hayan necesitado temperaturas muy frías para mantener estable esta molécula durante mucho tiempo.
El modo en el que funcionan el ARNm en la vacuna frente a la covid-19 es el siguiente: tras la inyección, las partículas de la vacuna chocan con las células y se fusionan con ellas, liberando ARNm con información de la proteína del coronavirus.
Estas proteínas del coronavirus acaban siendo detectadas por las células del sistema inmune. Una vez cumplida su misión, el ARNm de la vacuna acaba siendo destruido por la célula, sin dejar rastro permanente, aunque «la información» ya ha quedado en el cuerpo para que las células inmunitarias puedan usarla frente al virus.