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El viaje de una lombriz solitaria a través de una pulga

El viaje de una lombriz solitaria a través de una pulga

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Tiempo de lectura: 2 minutos El biólogo PUCV, Sebastián González, explica el ciclo de infección que ocurre desde el suelo de la calle y detona en un parásito de entre 15 y 70 centímetros en el intestino de un perro o gato.

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La lombriz solitaria es un parásito hermafrodita que tiene la capacidad de reproducirse por sí solo dentro del intestino de los humanos y también de animales domésticos como perros y gatos, en aquel órgano se desarrolla y crece gracias a los alimentos y nutrientes que recibe.

Sebastián González, biólogo, académico e investigador del Instituto de Biología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, explica la cadena de contagio que ocurre por ingesta de carne poco cocida de cerdo o de vaca faenados fuera de industrias reglamentadas y también del contacto con huevos que pueden encontrarse en el pasto o en fecas de perros que yacen en el suelo.  

“Un tipo de tenia o parásito que afecta a mascotas es la Dipylidium caninum, la cual infecta a los animales domésticos mediante las pulgas, en este caso la pulga es el intermediario para que la lombriz se aloje en el cuerpo del perro porque él es el huésped definitivo y solamente va a crecer ahí”, indica González. 

De esa manera, “los perros se rascan con la boca y a veces se pueden tragar las pulgas, entonces estarían ingiriendo directamente los estados juveniles que una vez dentro se van a desarrollar en una lombriz solitaria larga que puede medir entre 15 a 70 centímetros”, expresa el biólogo. Ahora, ¿cómo se contagian las pulgas?

Las pulgas no ponen sus huevos arriba del animal, sino que tienen que bajar al suelo para hacerlo, donde otros perros pueden haber dejado huevos de tenia en las fecas que quedan en el pasto y donde se desarrollan las larvas de las pulgas que accidentalmente ingieren las heces con huevos de tenia”, comenta el académico.

A través de la carne, normalmente las vísceras, mal cocidas e infectadas con quistes hidatídicos de larvas incubadas, que pudo haber comido un perro es que pueden quedar restos de heces, y así un nuevo ciclo se va abriendo en paralelo: en humanos y animales. 

“En la calle hay muchos parásitos y las tenias están prácticamente en todos los mamíferos. Acá, en Chile, tenemos muchos perros callejeros que siempre van a entrar en contacto con estos parásitos y no van a dejar de transmitirlos, si un perro olfatea las fecas de otro canino se puede llevar estos huevos en la nariz o en los pelos y después los dueños les dan besos y se los tragan, esa también es una forma de contagio”, advierte el biólogo.  

La recomendación al pasear a las mascotas por la calle es evitar a que se acerquen a olfatear otras heces, mantener su nariz y patas limpias sobre todo al volver del exterior y acudir rápidamente un veterinario en caso de que los dueños sospechen que la mascota pueda estar infectada ya que puede afectar a los seres humanos de igual manera. 

Los humanos podemos ingerir aquellos huevos y generar lo mismo que el animal intermediario, una enfermedad llamada hidatidosis donde estos quistes se implantan en nuestros órganos, como el hígado o el cerebro”, finaliza el investigador.

Fuente: PUCV


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