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¿Por qué preocupa la Listeria M. hallada en quesos?

¿Por qué preocupa la Listeria M. hallada en quesos?

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Tiempo de lectura: 3 minutos El Ministerio de Salud emitió una alerta sanitaria tras encontrar contaminación por bacteria Listeria Monocytogenes en quesos La Rotunda Ltda. Expertos advierten que podría provocar cuadros gastrointestinales, fiebre y dolores musculares, pero también enfermedades más complejas como septicemia o meningitis.

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Este jueves, el Ministerio de Salud informó la detección de la bacteria Listeria Monocytogenes en queso mantecoso laminado de la producción comercial La Rotunda Ltda. Se trata de una bacteria que puede contaminar los alimentos, es resistente a la refrigeración e incluso a la congelación, y es causa de listeriosis en humanos.

«Es una bacteria que puede soportar diversas temperaturas y eso la hace muy peligrosa. Puede estar en un refrigerador y mantenerse viva a temperaturas de congelación, es decir, podría estar viva a menos 20 grados Celsius. Tiene un amplio espectro de temperatura que parte desde la congelación y puede llegar hasta los 45 grados Celsius, convirtiéndola en una bacteria muy peligrosa», advierte el doctor en Microbiología y director Molecular Microbiology and Food Research Lab de la Universidad San Sebastián, Waldo Díaz.

El experto señala que la Listeria Monocytogenes se transmite a través de los alimentos listos para el consumo, con bajo contenido de agua, altas concentraciones de sal, y derivados de la carne, como cecinas, embutidos y quesos: «Lo que es importante es que está en alimentos que están listos para el consumo y no van a pasar por una cocción posterior, como las cecinas y quesos. La bacteria se muere cuando la pones en contacto con agua a temperatura sobre los 70 grados Celsius».

Aunque la mayor parte de las personas no desarrolla enfermedad, hay un porcentaje menor de la población que podría verse afectada, presentando un cuadro gastrointestinal, o fiebre, dolores musculares, septicemia o meningitis, cuando es más grave.

La directora del Centro de Inocuidad Alimentaria de la Universidad de Talca, Ana Karina Peralta, explica que quienes son más propensos a verse afectados por esta bacteria son «personas inmunodeprimidas (tales como cáncer, trasplante de órganos, hemodiálisis, VIH/SIDA), embarazadas, adultos mayores y niños, porque tienen un sistema inmunológico más deprimido. Además, es una bacteria que puede producir aborto en embarazadas».

«Los brotes de listeria siempre están asociados a problemas de manipulación de alimentos o contaminaciones cruzadas», menciona Díaz. En la misma línea, Peralta destaca que la limpieza es clave para prevenir esta bacteria: «Es muy importante que los establecimientos que vayan a fabricar alimentos tengan buenas prácticas de manufactura, que estén limpios, no haya acumulación de agua y que las materias primas estén realmente seleccionadas. Es importante verificar las paredes y desagües».

Tras el anuncio de Listeria Monocytogenes, la autoridad sanitaria tomó medidas, como la prohibición del funcionamiento de la planta, el retiro de todos los productos del mercado, así como la posibilidad de clausurar o prohibir el funcionamiento de casas, locales o establecimientos, paralización de faenas, decomiso, destrucción y desnaturalización de productos. Todo ello, en virtud de prevenir la exposición de la población al producto contaminado.

Las personas pertenecientes a los grupos de riesgo NO deben consumir:

· Pescados y carnes crudas o parcialmente cocidas, incluido el pescado ahumado.

· Leche, quesillo y queso fresco no pasteurizados.

· Quesos blandos (brie, camembert, azules).

· Salchichas crudas o mal cocidas.

· Paté no envasado.

· Verduras sin lavar, aunque estén empaquetadas.

· Alimentos preparados y comprados, listos para servir.

Recomendaciones para la población general

· Lavarse las manos antes y después de manipular alimentos

· Lavar las superficies y utensilios de cocina (mesones, cuchillos, tablas de picar) que hayan estado en contacto con los alimentos crudos o de riesgo

· Evitar la contaminación cruzada, es decir, mantener separados los alimentos crudos y los cocidos.

· Lavar cuidadosamente las frutas y verduras antes de consumir, aunque sean envasadas.

· Consumir carnes y pescados bien cocidos.

· No consumir productos lácteos no pasteurizados.

· Calentar alimentos en el microondas no elimina la bacteria.

· Limpiar regularmente el refrigerador, dado que la bacteria resiste las bajas temperaturas.


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