Alerta sanitaria: ¿Qué pasa en Quintero y Puchuncaví?

Continúa la emergencia medioambiental en Quintero, Puchuncaví y Concón. Las autoridades alertaron un aumento en las atenciones de salud con diagnóstico asociado a contaminación atmosférica en distintos centros de urgencia de la zona. A raíz de esto, la primera acción fue el dictamen de la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), quien dictó medidas provisionales por 10 días corridos a siete empresas del cordón industrial de las tres comunas. Entre ellas, figuran ENAP Refinerías, Petróleos de Chile COPEC y Lipigas.

La segunda medida fue anunciada por el Ministerio de Salud (Minsal), quien inició el proceso para decretar Alerta Sanitaria para Quintero, Puchuncaví y Concón, a fin de contar con mayores facultades que permitan dar respuesta a la emergencia. Además, las autoridades podrán cerrar eventualmente, total o parcialmente, la o las industrias que estén generando emisiones contaminantes.

Compuestos orgánicos volátiles

El académico de la Escuela de Ingeniería Bioquímica de la PUCV, Marcelo Mena, comenta que históricamente se ha pensado que la contaminación del cordón Quintero-Puchuncaví «se debe a fuentes industriales asociadas a la contaminación más convencional, material particulado, de termoeléctricas  o dióxido de azufre de la fundición«.

Sin embargo, el investigador del Centro de Acción Climática PUCV  y ex ministro de Medio Ambiente, advierte que la emergencia que se vive hoy tiene otro origen: «El almacenamiento en graneles de compuestos orgánicos volátiles (COV) en la forma de combustibles muchas veces pueden ser fuentes de contaminación», señala el CEO Global Methane Hub.

En esta línea, el director HUB Ambiental UPLA, Dr. Claudio Sáez, cataloga la situación como «preocupante», y afirma que la emergencia tendría su origen en la presencia de hidrocarburos no metánicos o compuestos orgánicos volátiles (COV). «Es una situación de riesgo porque los COV en exceso, como el benceno y tolueno, tienen un efecto tóxico no solamente agudo, que es lo que ha somatizado la gente, sino que también crónico, causando enfermedades respiratorias cardiovasculares, mutagénicas y canceres», señala el experto.

Actualmente, existe una norma primaria de calidad del aire para el compuesto orgánico volátil benceno, que fijó el valor de 3 microgramos por metro cúbico (µg/m3) como concentración anual de esta sustancia química proveniente del uso de combustibles fósiles o quema de leña.

La normativa también incluye niveles de emergencia –medidos como concentración de una hora- que buscan reducir la exposición de la población a situaciones de altas concentraciones de benceno en el aire. Los niveles son Alerta (30-59 µg/m3), Preemergencia (60-119 µg/m3), y Emergencia (120 µg/m3 o superior).

Efectos en la salud

La Dra. en Toxicología de la Universidad de Valparaíso, Fernanda Cavieres, explica que los COV están presentes en el aire en una fase gaseosa o vapor, por lo que «si se emiten al medioambiente no hay manera de no exponerse porque uno está respirando el aire». La especialista detalla que estos compuestos pueden causar «irritación a las vías aéreas, irritación de las mucosas y, en casos menos comunes, irritación de la piel«. Además, alerta por enfermedades como el cáncer, que puede ser provocado principalmente por la inhalación del benceno, «sobre todo en ambientes ocupacionales, donde se trabaja con él. Esto ocurre, generalmente, en industrias químicas o laboratorios».

La toxicóloga también señala que los grupos de mayor riesgo ante la exposición de COV «tienden a ser los niños, las personas de edad avanzada, mujeres embarazadas, personas enfermas con comorbilidades respiratorias y cardiovasculares«.

Impacto de las medidas

Mena cataloga las medidas tomadas por las autoridades del Medio Ambiente y Salud como «adecuadas», sin embargo, afirma que existe un problema de ordenamiento territorial, en el que la ciudadanía está expuesta a actividades industriales intensas. «Es fundamental revisar ese ordenamiento territorial y cesar actividades incompatibles con el desarrollo de las viviendas. Serán las empresas las que tendrán que retirarse, y no las personas», señala el ex ministro del Medio Ambiente.

Tras las acciones tomadas ante la emergencia medioambiental, la comunidad está expectante respecto a cuánto tiempo tomará en que la calidad del aire vuelva a ser apta para las personas. «Va a depender de que mejoren las condiciones atmosféricas, de manera que la capa de inversión térmica se aleje de la superficie de la tierra y no contribuya tanto a la concentración de estos componentes donde está la mayor parte de la población», asegura Sáez.