Insulinorresistencia, nuevas vías alternativas
Tiempo de lectura: 3 minutos Para el 2035, el 51% de la población mundial padecerá obesidad o sobrepeso, provocando un aumento de la resistencia a la insulina. Investigadores de la Universidad de Chile desarrollan un proyecto que probará la eficacia de un medicamento utilizado en pacientes con alcoholismo como posible nuevo tratamiento.
Un equipo de investigadores de la Facultad de Odontología de la Universidad de Chile dieron inicio a un proyecto que busca determinar la utilidad del Disulfiram, un fármaco que actualmente es administrado en pacientes con alcoholismo, como tratamiento alternativo contra la insulinorresistencia. La iniciativa plantea como base de estudio analizar la relación entre la resistencia a la insulina y la atrofia muscular en pacientes con obesidad.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), estas condiciones provocan un aumento del Índice de Masa Corporal (IMC), el cual es definido como un importante factor de riesgo de enfermedades no transmisibles, tales como la resistencia a la insulina. “La obesidad es una condición y esta puede generar otras condiciones, y -dentro de esas- genera la resistencia a la insulina».
En Chile, «yo diría que la gran mayoría de adultos por acción de la obesidad se han convertido en resistentes a la insulina, incluso niños, lo que antes no existía”, afirmó Paola Llanos, académica de la Facultad de Odontología de la U. de Chile y directora de esta investigación.
Frente a este problema, el proyecto liderado por la profesora Llanos, que se ejecutará en un plazo de cuatro años (2023-2027), tiene entre sus objetivos explicar la relación entre la obesidad, la pérdida de masa muscular y la resistencia a la insulina, así como también proponer un nuevo tratamiento farmacológico.
Cambios en la masa muscular
La resistencia a la insulina consiste en la captación ineficiente de esta hormona por parte del organismo, aumentando los niveles de glicemia. Ante esta falla, el páncreas genera la necesidad de producir mayor cantidad de insulina para intentar bajar la glucosa en la sangre. La profesora Paola Llanos explica que esta condición resulta ser el principal sello distintivo entre las causas que originan la diabetes tipo dos, afectando directamente al músculo esquelético.
Este fenómeno es parte fundamental del estudio, que tiene como uno de sus objetivos identificar cómo disminuye la masa y función muscular durante la obesidad y la resistencia a la insulina. “Lo anterior es fundamental para poder intervenir el proceso, ya sea con fármacos dirigidos a los blancos moleculares involucrados, o con intervenciones globales en nutrición y actividad física”, indica Sonja Buvinic, co-investigadora del proyecto.
“Este gran órgano (el músculo esquelético) es el encargado de bajar entre el 70% y el 80% de la glucosa que ingerimos a través de los alimentos, entonces, en esta condición de resistencia a la insulina inducida por obesidad, ese proceso se altera y, por lo tanto, nuestro músculo también está alterado”, detalla la directora de esta iniciativa.
La profesora Buvinic complementa que la calidad muscular disminuye en pacientes con obesidad, ya que “el músculo se atrofia, implicando una reducción de su volumen y función. Además, capta menos glucosa desde la sangre, lo que es muy nocivo, pues es un combustible muy necesario para que el músculo obtenga la energía necesaria para funcionar”.
Posible tratamiento alternativo
El proyecto, además, contempla indagar la eficacia de un fármaco que actualmente se usa para tratar el alcoholismo como tratamiento contra la insulinorresistencia. El medicamento se denomina Disulfiram y, de acuerdo a estudios previos del equipo de la Facultad de Odontología, demostró ser capaz de promover la captación de glucosa y aumentar el “signaling” (señalización) de insulina, puntos clave para revertir la resistencia a la hormona. Por otra parte, el fármaco no presenta efectos adversos en pacientes sin alcoholismo.
Para asegurar su implementación en el tratamiento de la enfermedad de manera segura, la investigación espera identificar qué ocurre con la síntesis proteica, el transporte de glucosa y la atrofia muscular bajo el uso del medicamento. De este modo, la profesora Llanos añadió que se podrá “reposicionar la droga”, posibilitando un tratamiento alternativo con menos efectos colaterales, a diferencia de la metformina, “fármaco frecuentemente utilizado para tratar la insulinorresistencia, que tiene efectos en algunos pacientes a nivel digestivo, por ejemplo, y que podrían generar poca adhesión al tratamiento”, sostiene
Fuente: U. de Chile.