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Envejecimiento de la piel: Dermatólogo explica por qué cambia con la edad y cómo cuidarla

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Tiempo de lectura: 3 minutos El paso del tiempo es inevitable y nuestra piel es uno de los primeros órganos en evidenciarlo. Comprender por qué y cómo envejece es fundamental para adoptar hábitos que promuevan su salud a largo plazo.

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La piel no es la misma en la infancia, la adolescencia o la adultez. Estos cambios, que muchas veces nos preocupan al ver las primeras arrugas o la pérdida de firmeza, responden a procesos biológicos complejos influenciados por factores internos y externos.

El Dr. Roberto Arellano, dermatólogo y parte del team Dove, profundiza en las causas del envejecimiento cutáneo y entrega recomendaciones clave para mitigar sus efectos.

Contrario a la creencia popular, el envejecimiento no comienza de golpe a una edad determinada, aunque estudios identifican hitos alrededor de los 50 y 70 años donde el proceso puede intensificarse. «Esto no es un proceso que realmente llegue a cierta edad […] entendamos que esto es un proceso, no es que uno llegara a los 50 años y envejeció», aclara el Dr. Arellano.

Oxidación y hábitos: Motores del envejecimiento cutáneo

El principal mecanismo detrás del envejecimiento, tanto de la piel como del resto del organismo, es la oxidación celular. «Vamos envejeciendo por un fenómeno que se llama oxidación«, explica el dermatólogo. Nuestros procesos metabólicos normales, como respirar o alimentarnos, generan radicales libres, moléculas inestables que dañan las células y aceleran el envejecimiento.

Aquí es donde los hábitos de vida juegan un rol crucial. Dormir bien es reparador porque durante el sueño la oxidación disminuye. Por el contrario, una mala alimentación, el tabaquismo o la exposición solar excesiva incrementan el estrés oxidativo.

«Cuando un ser humano envejece más, [es] cuando se alimenta pésimo», señala Arellano, destacando la importancia de incluir antioxidantes en la dieta.

Factores como una limpieza facial inadecuada, la deshidratación y, sobre todo, la exposición al sol sin protección, agreden directamente la barrera cutánea y agotan las reservas de antioxidantes de la piel. Si bien la genética influye («vamos a envejecer un poco como envejecen nuestros padres»), el Dr. Arellano enfatiza que «puedes regular tu expresión genética con tu comportamiento en tu día a día«.

Un punto de inflexión importante, especialmente en mujeres, ocurre alrededor de los 50 años con la llegada de la perimenopausia. La caída abrupta de estrógenos provoca una disminución en la síntesis de colágeno tipo I y III, pérdida de hidratación y de la función barrera, lo que se traduce en más arrugas, piel más seca y cambios en la textura.

Claves para una piel saludable

La prevención es la mejor estrategia. El Dr. Arellano insiste en que «el error es no empezar a cuidarte desde la primera infancia«. Más allá de los hábitos generales (dormir bien, hidratarse, no fumar), una rutina de cuidado específica es fundamental.

Limpieza: Limpiar el rostro día y noche con productos que respeten el pH de la piel es esencial para eliminar impurezas y restos de contaminación que contribuyen a la oxidación.

Antioxidantes tópicos: Aplicar antioxidantes por la mañana, como la popular Vitamina C, ayuda a neutralizar los radicales libres generados por la exposición ambiental.

Retinoides: Usar productos con retinol o derivados por la noche es clave. «El retinol actúa a nivel nuclear y le dice a la célula ‘usted tiene que producir más colágeno y más elastina'», explica el experto.

Hidratación: Mantener la piel hidratada refuerza su función barrera. El mejor momento para aplicar crema hidratante es justo después de la ducha.

Protección Solar: Es el paso más importante e innegociable. «Todo lo que yo haga está pésimo si no utilizo factor solar», advierte Arellano. Debe usarse todos los días del año, invierno y verano, llueva o esté nublado. La radiación UVA, presente todo el año, es una de las principales causas de envejecimiento prematuro al agotar los antioxidantes de la piel.

Además del rostro, no hay que olvidar el cuidado de la piel del cuerpo, especialmente zonas delicadas como los pliegues (axilas, ingles). La irritación por productos inadecuados o métodos de depilación agresivos puede causar hiperpigmentación postinflamatoria (manchas). Prevenirlas implica usar productos de higiene y antitranspirantes gentiles, hidratantes, con pH adecuado y sin alcohol etílico.

Finalmente, el Dr. Arellano aconseja duchas no excesivamente largas ni con agua muy caliente, ya que pueden deshidratar la piel. La clave es aplicar una crema hidratante inmediatamente después para sellar la humedad.


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