Endometriosis: Una enfermedad silenciosa que impacta cuerpo y mente
Tiempo de lectura: 2 minutos El impacto de la endometriosis se extiende a la salud mental, lo que ha provocado un aumento en las consultas psicológicas por parte de las pacientes.
La conexión entre la endometriosis y la salud mental hoy se revela como una relación profunda y compleja. María Pía Fernández, psicóloga y directora del Centro Integral Bienestar, además de paciente de endometriosis, explica que las consultas de mujeres con esta condición han aumentado significativamente.
La endometriosis es una enfermedad crónica en la que un tejido similar al endometrio (el revestimiento del útero) crece fuera de este órgano. Aunque comúnmente se clasifica como ginecológica, Fernández la define como una enfermedad integral.
«El tejido puede acumularse en ovarios, vejiga, intestinos, colon, recto, riñones e incluso se han reportado casos en los ojos», señala la especialista.
El síntoma principal es el dolor pélvico crónico, a menudo invalidante, que interfiere con la vida diaria. Históricamente, se normalizó el dolor menstrual severo, lo que contribuyó a que la endometriosis sea una «enfermedad silenciosa».
«Se nos dijo a las mujeres que la menstruación dolía, pero un dolor a tal punto de ser imposibilitante no es normal y requiere revisión», enfatiza la psicólogo. El diagnóstico puede tardar hasta 10 años, tiempo durante el cual la enfermedad puede agravarse significativamente.
Además del dolor, la endometriosis puede causar menstruaciones muy abundantes (provocando anemia), infertilidad, dolor durante las relaciones sexuales y problemas digestivos. El abordaje, por tanto, no puede ser solo ginecológico a juicio de la especialista. Requiere un equipo multidisciplinario que incluya nutricionistas (la dieta antiinflamatoria es clave), kinesiólogos, psicólogos y médicos especialistas en endometriosis.
El impacto en salud mental, costos y relaciones
El diagnóstico de endometriosis suele ser un golpe emocional. La cronicidad de la enfermedad, el dolor constante, la incertidumbre sobre el futuro y la posibilidad de infertilidad generan altos niveles de ansiedad, estrés y depresión. «Llegan pacientes impactadas por la noticia, preguntándose ‘qué me va a pasar ahora'», comenta Fernández.
Los tratamientos, que pueden incluir medicación hormonal o cirugías complejas y costosas (una operación particular puede rondar los 30 millones de pesos), añaden una carga financiera y emocional considerable. Los procesos de fertilidad asistida, como la fecundación in vitro (FIV), son física y emocionalmente agotadores, con resultados inciertos que generan gran angustia.
La enfermedad también afecta las relaciones de pareja. La falta de comprensión, el dolor durante la intimidad y el estrés asociado pueden generar conflictos. María Pía Fernández destaca la importancia de incluir a las parejas en la terapia: «Hay que explicarles que el dolor es real, que no es exageración ni falta de deseo. El apoyo y la contención de la pareja son fundamentales».
En la actualidad, existe mayor conciencia sobre la endometriosis y una menor estigmatización de los problemas de salud mental. Los médicos reconocen cada vez más la necesidad de derivar a otros especialistas, entendiendo que el bienestar físico y emocional están intrínsecamente ligados.