Eric Goles, Premio Nacional de Ciencias: «Yo no le temo a la IA, le temo a la estupidez»
Tiempo de lectura: 3 minutos El reconocido matemático entregó detalles sobre el lanzamiento de su último libro «Vida Artificial», donde profundiza en la búsqueda humana por crear vida y los avances en inteligencia artificial (IA).
Reconocido por su capacidad para hacer accesibles conceptos complejos, el ingeniero matemático y Premio Nacional de Ciencias Exactas 2021, Eric Goles, vuelve a la divulgación científica con el libro «Vida Artificial» (editorial Planeta). Lejos de ser un manual técnico abstracto, Goles define la obra como una «bitácora» personal de sus 40 años de trayectoria investigando y reflexionando en torno a estos temas.
La inspiración, tal como reveló el autor, surgió tras el éxito de su libro anterior, «Una especie de zumbido en la cabeza». Desde su propia experiencia y curiosidad intelectual, incluye anécdotas personales, como un sorprendente encuentro en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) con un familiar del matemático polaco, Stanislaw Ulam, un gran referente para el ingeniero chileno, que inspiró su punto de partida narrativo.
Desde los fundamentos matemáticos hasta los dilemas éticos, Goles llama a la cautela informada y destaca la urgencia de mejorar la educación en Chile frente a los cambios tecnológicos.
Un viaje desde la matemática a los desafíos éticos
En su trabajo, Goles desmitifica la «matemática discreta», un concepto clave en computación e IA, explicándola como el estudio de estructuras separadas, fundamentales para entender los algoritmos que rigen desde la logística hasta la IA.
En la búsqueda de la «vida artificial», responde en parte, a una ambición casi teológica del ser humano por emular la creación, un anhelo presente en historias populares como Frankenstein. Sin embargo, también tiene raíces técnicas profundas ligadas al desarrollo del computador.
Adicionalmente, Goles aclama los trabajos pioneros del matemático John Von Neumann y del psicólogo estadounidense John Holland, como dos pilares que permiten modelar y estudiar aspectos cruciales de la vida y la evolución mediante simulaciones que exploran la complejidad que puede surgir desde reglas simples.
Ética, educación y fascinación
«Es bueno preocuparse, es buena la cautela, es bueno todo aquello en la medida que se traduzca en que la preocupación lleve a tratar de entender, al menos, de qué estamos hablando«, destacó el ingeniero.
A pesar que la vida artificial consciente aún parece lejana, la IA es una realidad de alto impacto en nuestras vidas. El autor aclara que los modelos actuales son esencialmente «moledores de datos», es decir, programas entrenados con datos, para identificar patrones y generar respuestas coherentes, pero que carecen de conciencia, voluntad o propósito, más allá del que le asignan sus creadores.
Frente a la preocupación de muchos sobre el reemplazo que podría significar la integración de la IA en la vida humana, Goles destaca que «no hay que temerle al código, sino a aquellos que están detrás y que podrían, en un caso, engañarnos».
En esta línea, para el matemático el verdadero desafío es ético y regulatorio, o bien la pregunta por cómo usar estas herramientas de manera responsable. El Premio Nacional de Ciencias es enfático al conectar el debate tecnológico con la realidad chilena.
«Lo que yo pienso con respecto a la tecnología, nos falta educación, ética y un modo de hacer políticas al respecto, que sea rápido y que no sea tonto, para eso se requiere estar informado», alertó el investigador.
La educación como principal desafío
Finalmente, Goles rescata la urgencia de fortalecer la educación en IA para superar los desafíos y errores que surgen con los modelos actuales. En este punto, el consejo es «usar a concho las herramientas que elaboramos para justamente progresar y comprender más».
«Nosotros, desde cero domesticamos el fuego, descubrimos e inventamos la rueda, posteriormente descubrimos y usamos el computador, hoy en día son los programas de IA, la vida artificial, ¿Quién sabe qué vendrá?», agregó el matemático.
A la fecha, la apuesta está enfocada en integrar progresivamente las herramientas desde temprana edad, con regulación y de manera responsable.
«Yo no le temo a la inteligencia artificial, yo le temo a la estupidez, a la desidia, a la tontera real (…) antes de eso, qué vamos a estar hablando de que vamos a llenar de computadores los colegios (…) por lo menos entreguemos contenidos mínimos», concluyó el autor.
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