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Intervención humana es la principal causa de contaminación en el Lago Llanquihue

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Tiempo de lectura: 2 minutos En conversación con el líder del estudio que detectó altos niveles de contaminación fecal, Carlos García, reveló que el origen humano es de las principales causas que amenazan al segundo lago más grande de Chile.

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Un reciente estudio encendió las alertas sobre el estado ambiental del Lago Llanquihue, el segundo más grande de Chile. La investigación detectó altos niveles de contaminación fecal, principalmente de origen humano, lo que sitúa a este emblemático cuerpo de agua en un nivel preocupante.

El análisis, realizado por el Laboratorio de Toxinas Marinas de la Universidad de Chile en colaboración con otras instituciones, se centró en evaluar diversos parámetros del lago, incluyendo su estado trófico. En este contexto, se descubrieron índices elevados de coliformes fecales, un claro indicador de contaminación por desechos humanos.

La investigación apunta a dos fuentes principales de contaminación fecal. Por un lado, existen alcantarillados artesanales y vertimientos no autorizados directamente al lago, provenientes de viviendas. Por otro lado, el aumento explosivo de las parcelaciones en la cuenca del lago ha llevado a una proliferación de fosas sépticas que, en muchos casos, no cumplen con la normativa o presentan fracturas. Esto provoca que su contenido se filtre a través de las napas subterráneas, contaminando las aguas que finalmente llegan al lago.

«Este es un punto de múltiples factores que se van evaluando para determinar el estado del lago y, por lo tanto, responde a la condición climática«, señaló el profesor líder del estudio, Carlos García.

Biodiversidad y salud pública

Esta problemática no es nueva, especialmente en zonas como Puerto Varas, donde la contaminación ha ido en aumento durante los últimos 20 años, con puntos críticos registrados antes de la pandemia. Sin embargo, el análisis actual confirma que otras áreas, como Puerto Octay, también enfrentan niveles significativos, coincidiendo con el crecimiento demográfico superior al 20% en algunas comunas de la cuenca.

«Estamos en el punto en el cual se pueden tomar decisiones para revertir e impedir que llegue a esos niveles de contaminación (como los del Villarrica)», alertó García.

La presencia de contaminantes fecales no solo afecta la calidad del agua, sino que también tiene consecuencias directas sobre el ecosistema lacustre y la salud humana. La contaminación altera la biodiversidad del lago, favoreciendo la proliferación de comunidades de microorganismos que normalmente no dominan, como ciertas microalgas potencialmente peligrosas.

Un aumento descontrolado de estas cianobacterias podría obligar al cierre de playas y zonas recreativas, impactando el turismo y la economía local. En el peor escenario, la producción de toxinas podría generar intoxicaciones en personas y animales.

«El mal mayor, es que producto de estas contaminaciones, genere un estado trófico malo, proliferen estas cianobacterias y produzcan intoxicaciones en personas. Eso ya son problemas mayores, porque revertir ese estado es muy complejo«, manifestó el investigador.

Finalmente, pese a que no hay registro de otras fuentes en estado preocupante, el llamado del investigador es a tomar acción y prestar atención a la evolución de la contaminación en el tiempo.


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