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«Lemu Nge»: La historia tras el lanzamiento del primer nanosatélite privado chileno

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Tiempo de lectura: 2 minutos La iniciativa, liderada por Leo Prieto, busca revolucionar el monitoreo ambiental desde la Patagonia. Además de demostrar la relación entre la economía mundial y su impacto en las emergencias climáticas.

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El CEO y fundador de Lemu, Leo Prieto, reflexionó sobre los primeros pasos y desafíos de la startup chilena que logró las alianzas para poner un nanosatélite en órbita, siendo pionero en el sector privado en el país. Construido íntegramente y con un equipo internacional, este satélite de última generación está recolectando datos cruciales para entender y proteger el planeta.

Del mapudungun «Ojos del bosque», la idea de este proyecto surgió hace seis años, con el objetivo de conectar la fortaleza tecnológica de Chile con la necesidad urgente de abordar la crisis ambiental. Fue aquí donde el fundador identificó la paradoja en la escasez de información precisa sobre el mundo natural, pese al exceso de datos en general.

«A pesar de que hay más de que hay más de diez mil satélites en órbita, la mayoría son de telecomunicaciones y muy pocos tienen los instrumentos necesarios para entender nuestra naturaleza», explicó Prieto respecto a su principal motivación para esta iniciativa.

Ante esto, esta tecnología permite apreciar especies, monitorear la salud de los ecosistemas y comprender mejor los impactos del cambio climático.

Un satélite chileno para atender la emergencia climática

Tras años de alianzas, atrasos y búsqueda de proveedores, el proyecto chileno vio la luz el 2024, cuando finalmente el lanzamiento del satélite se realizó con éxito. El satélite fue fabricado en Lituania y lanzado al espacio por SpaceX desde California, marcando un hito para la ciencia y la tecnología chilena.

«Entramos a esta estación espacial, 30 minutos en bus adentro de la base (…)  Hasta que finalmente ves este cohete de 60 metros de altura, estás ahí a dos kilómetros, éramos como cien personas en el público, estaba Serguéi Brin, el fundador de Google, yo no lo podía creer«, relató con emoción el chileno.

A la fecha, el satélite lleva cuatro meses en órbita, de acuerdo con el CEO, operando a la perfección.

«Cuando empieza el cohete a despegar y primero ves el brillo de las llamas, es encandilante, es como estar mirando un pequeño sol. Después empiezas a sentir como este trueno que aumenta. En ese momento la emoción era llegar a órbita, habíamos llegado más lejos de lo que habíamos soñado«, manifestó Prieto.

Un indicador de éxito

Cuatro días después del lanzamiento, el equipo recibió el primer registro fotográfico del instrumento en órbita que permitirá seguir entregando datos.

«Ese fue el momento en que realmente dijimos estos seis años de sangre, sudor y lágrimas han valido la pena y, lo mejor de todo, esto está recién empezando«, destacó el fundador.

Con el satélite Lemu Nge en órbita y Atlas Lemu en desarrollo, la startup chilena está abriendo un nuevo camino para la conservación ambiental de la mano con el desarrollo sostenible. Su enfoque y visión global impulsan la ciencia chilena y posiciona al país como un actor clave en la búsqueda de soluciones a los desafíos ambientales globales.

«Toda la economía mundial depende de la naturaleza y menos del 1% mide su dependencia. Lo que nosotros estamos haciendo es ofrecer datos, justamente, para que entiendan cómo su negocio depende de la naturaleza», señaló Prieto.


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