Las claves para entender los impactos del proyecto minero Dominga
Tiempo de lectura: 2 minutos El proyecto minero Dominga vuelve a estar en el centro de una prolongada batalla legal y ambiental en Chile. Tras más de una década de tramitación, e idas y vueltas entre instituciones, se desconoce el futuro de este controvertido proyecto.
El proyecto Dominga, una iniciativa minera que busca extraer hierro y cobre en la región de Coquimbo, se ha convertido en un símbolo de los complejos desafíos que enfrenta el país en materia de desarrollo y protección ambiental.
Su larga y accidentada historia, marcada por rechazos y anulaciones, plantea interrogantes sobre la efectividad de las instituciones ambientales y la viabilidad de proyectos que impactan ecosistemas sensibles.
Así lo manifiesta el director ejecutivo de ONG Fima, Ezio Costa: «Esta cuestión no tiene que ver con quién vote, es un proyecto completamente inviable y por algo ha sido rechazado ya dos veces en dos gobiernos distintos».
Una cronología de rechazos y anulaciones
El periplo del proyecto Dominga comenzó en 2013, cuando se presentó para su evaluación ambiental. Tras cuatro años de análisis, en 2017 la Comisión de Evaluación Ambiental de Coquimbo rechazó el proyecto. Sin embargo, esta decisión fue impugnada por la empresa, dando inicio a una serie de recursos y revisiones que llevaron el caso a distintas instancias judiciales y administrativas.
En una danza de decisiones contrapuestas, el Comité de Ministros, la Corte Suprema y el Tribunal Ambiental se vieron involucrados, generando un laberinto legal que prolongó la incertidumbre.
Los rechazos del proyecto fueron anulados en repetidas ocasiones, lo que dio lugar a la situación actual en la que el Tribunal Ambiental ordenó nuevamente que se vote el proyecto, con los mismos antecedentes presentados por la empresa hace más de 10 años.
«Los antecedentes que tiene el expediente son información que levantó la empresa antes del año 2013. Estamos hablando de información que tiene 15 años y que, claramente, no está actualizada», enfatiza Costa.
Como una carretera en Torres del Paine
Más allá de las batallas legales, el proyecto Dominga enfrenta serias objeciones ambientales. Tanto la mina como el puerto asociado generarían impactos significativos en la zona, donde se encuentra el Archipiélago de Humboldt.
El puerto afectaría directamente a especies como el pingüino de Humboldt, ballenas, delfines y chungungos, amenazando la biodiversidad de la reserva marina. Por otro lado, la mina impactaría el acuífero del lugar, en desmedro de las comunidades locales que dependen de esta fuente hídrica para la agricultura y el consumo.
«El archipiélago de Humboldt tiene características biogeográficas y oceanográficas únicas. Por eso ha sido seleccionado dentro de tres laboratorios naturales por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo. Esas características tienen que ver con los procesos oceanográficos relacionados a la surgencia costera de la corriente Humboldt y a la línea de costa y la batimetría única del archipiélago, que es muy compleja», explica Susannah Buchan, investigadora en el Centro COPAS COASTAL.
«Estas condiciones oceanográficas y biogeográficas no se replican en otros lados de la costa. Por eso es tan importante resguardar ese lugar de megaproyectos industriales«, agrega Buchan.
Para dimensionar el impacto del proyecto, la investigadora lo compara con la construcción de una carretera. «El tráfico marítimo que surge de ese puerto presenta grandes amenazas para la fauna marina. Es como abrir una carretera en medio de un espacio protegido, como podría ser Torre del Paine», concluye la oceanógrafa.