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Plantar árboles: ¿Puede tener consecuencias negativas?

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Tiempo de lectura: 2 minutos En conversación con Todo Tiene su Ciencia, el director del Instituto de Ecología y Biodiversidad Chile, Aníbal Pauchard Cortés, expuso sobre los perjuicios que tiene la plantación de árboles en zonas donde no crecen estas especies de manera natural.

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Diversas organizaciones civiles, públicas y privadas han adoptado la plantación con árboles como una medida de mitigación para hacer frente al cambio climático. Sin embargo, esta acción que, a primera vista, parece muy positiva pues permitiría la captura de carbono de la atmósfera de manera natural, requiere una cuidadosa planificación y gestión. ¿Qué precauciones hay que tener antes de plantar árboles? ¿Cuáles podrían ser las consecuencias?

En conversación con Todo Tiene su Ciencia, el académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Concepción y director del Instituto de Ecología y Biodiversidad Chile IEB, Aníbal Pauchard Cortés, explicó que suele asociarse la plantación de árboles con los beneficios de la fotosíntesis para secuestrar carbono.

«Los árboles hacen fotosíntesis, toman el CO2 que está en la atmósfera y, luego, liberan oxígeno, y el carbono lo almacenan. En particular, los árboles lo almacenan en la forma de madera. Si esa madera la mantenemos, y no la quemamos ni la destruimos, ese carbono va a quedarse por mucho tiempo capturado«, mencionó.

Plantar en zonas sin árboles

Sin embargo, aunque dichos efectos resulten positivos, el investigador hizo hincapié en comenzar a cuestionarse respecto a qué tipos de bosques se están plantando y dónde se están plantando. Pauchard puso como ejemplo una pradera de una zona alpina chilena, cercana a la Reserva Nacional Malalcahuello, en la región de La Araucanía.

«Estas zonas, usualmente, no tienen árboles. Son así, porque es muy frío, hay poca precipitación. Los árboles no pueden existir en ese lugar, pero ¿Qué hace el ser humano a veces? Llega y dice: Mira, hay una zona abierta y a plantar, porque necesito plantar o porque a la gente le gustan más los bosques que las zonas abiertas. A veces, el ser humano tiende no valorar estas zonas sin árboles y tiende a plantar en esos lugares«, indicó Pauchard.

En este contexto, el investigador, a través de su estudio, hizo un llamado a plantar especies nativas en aquellos lugares que han tenido bosques previamente. «En términos muy sencillos, sí podemos plantar. Debiéramos plantar y debiéramos recuperar los bosques que hemos perdido, pero en aquellos lugares donde había bosques históricamente, y no en aquellos donde no existe bosque de forma natural», señaló.

El investigador detalló que, en estas praderas o en estos lugares abiertos, sin vegetación arbórea, hay una gran cantidad de biodiversidad por metro cuadrado, además de fauna asociada: «Si uno planta, los árboles van a ganar terreno y van a competir con estas especies originarias del lugar».

Revisa la entrevista completa acá.


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