La cocina usada para rehabilitar lesiones cerebrales
¿Cómo la cocina puede ser una forma de terapia ocupacional en la rehabilitación para sobrevivientes de lesiones cerebrales? En Todo Tiene Su Ciencia con Francisco Parada, académico de la UDP y director del Centro de Estudios en Neurociencia Humana y Neuropsicología, exploramos esta interrogante y la conexión entre la neurociencia y la gastronomía en el Festival Ñam.
El festival Ñam ha crecido mucho con los años y de hecho ahora tienen una versión llamada Ñam Innova, donde Francisco Parada fue invitado como uno de sus expositores. Sobre esta iniciativa, el académico señaló: «Ñam Innova trabaja en el diseño de experiencias, ¿Qué pasa cuando yo considero toda la variabilidad del cerebro humano? Acá me encuentro con sensibilidades perceptuales. Cuando a mí no me gusta que la comida sea tan crujiente, me gusta que sea blandito, etc. (…) Cuando nos pegamos con ciertas comidas, como las papas fritas. Qué pasa si nosotros podemos empezar a diseñar experiencias gastronómicas que no sólo sean ricas a nivel perceptual, sino que también sean nutritivas, que se vean bien, se sientan bien, se integren bien los sabores y que impacte en términos emocionales y que sea memorable, eso como producto no se puede generar desde la teoría, porque es muy situado, muy regional».
Sin embargo, comentó que con una colega vienen trabajando en una hipótesis hace un tiempo, donde ven la cocina como una suerte de terapia ocupacional, que ayuda a la rehabilitación de lesiones cerebrales, porque es multidimensional.
¿Qué significa esto? En palabras de Parada, existe en primer lugar, la función ejecutiva (memoria) lo que uno planifica al cocinar, en cierto orden. La segunda es organizar a nivel social, cultural, contextual. Una planificación más grande (si no hay algún ingrediente, a qué hora ir a la feria, ir con efectivo/tarjeta). Un tercer componente es social y es inesperado que sólo pasa en cosas como la cocina. «En personas con problemas conductuales o una lesión, te pueden recibir con un plato de comida y van a comer, van a conversar y vuelven a tener valor y compartir un espacio. Funciona como una reinserción social, más una rehabilitación conductual y psicológica a través de sólo el hecho de cocinar. Eso es sólo una hipótesis», explicó el académico.
La investigación en neurociencia busca integrar el conocimiento científico en la vida cotidiana, explorando cómo la gastronomía puede ser una herramienta poderosa para la rehabilitación y la reinserción social.
Es por esto, que la colaboración entre la neurociencia y otros campos, como la gastronomía, el arte y la arquitectura, sirve para promover proyectos innovadores que abordan los desafíos de la vida real.
Revisa la entrevista completa a Francisco Parada en Todo Tiene Su Ciencia.