Científicos detectan contaminantes tóxicos en microorganismos de la Antártica

Tiempo de lectura: 2 minutos El equipo de científicos detectó contaminantes generados por pesticidas en hielos antárticos que están en proceso de derretimiento.
Científicos del Centro de Investigación Dinámica de Ecosistemas Marinos de Altas Latitudes (IDEAL) de la Universidad Austral de Chile (UACh) detectaron contaminantes tóxicos en microorganismos que habitan la Antártica. El hallazgo, publicado en la revista Science, se logró tras un viaje entre noviembre de 2019 y enero de 2020 a la Bahía Fildes.
La investigación tuvo por objetivo de estudiar la presencia de contaminantes en organismos pequeños, pero vitales para la vida y el equilibrio oceánico, como el fitoplancton y zooplancton.
El foco del estudio estuvo puesto en un tipo de contaminación denominada «persistente». Esta se caracteriza por mantenerse durante mucho tiempo en el ambiente dada su procedencia de pesticidas usados por muchos años en la agricultura y que hoy se encuentran prohibidos en diversos países por sus efectos medioambientales.
Aunque en el continente blanco no se producen estos contaminantes debido a la poca presencia humana, el investigador y oceanógrafo del Centro IDEAL, Juan Höfer, explica que son contaminantes de largo alcance, ya que «se generan en otros sitios y se pueden trasladar por el aire. Por ejemplo, algunos de ellos se transportan en masas de aire y más tarde cuando se precipitan en Antártica en modo de nieve, se van acumulando».
Una de las principales preocupaciones frente a estos contaminantes es su prolongado tiempo de persistencia en el entorno.
«En el trabajo realizado en la Bahía Fildes fue posible observar la forma en que se comportan las concentraciones de estos contaminantes. Analizamos cómo estos tienden a acumularse inicialmente en el fitoplancton, microalgas que viven en el agua. Posteriormente, se transfieren al zooplancton, pequeños organismos como crustáceos que se alimentan de estas microalgas. Además, vemos que esto ocurre en el agua, pero lo más seguro es que en el fondo del océano, en las zonas profundas, en los sedimentos, se esté acumulando a una mayor cantidad de estos contaminantes», añade Höfer.
Los vientos figuran como principal responsable
Además de establecer que las dinámicas de los contaminantes se vinculan con las dinámicas biológicas del fitoplancton y zooplancton, otros factores ambientales como el viento tienen un efecto sobre el comportamiento de los agentes contaminantes.
Cuando el viento se calma, las condiciones para que el fitoplancton crezca y se acumule en la superficie son más favorables, es en ese momento donde los científicos notaron cambios en la transferencia y concentración de los contaminantes.
«Por ejemplo, si se acumula fitoplancton en la superficie y luego ocurre un evento de fuertes vientos, que pueden alcanzar velocidades de hasta 100 km por hora, todo ese fitoplancton cargado con contaminantes es empujado de forma rápida hacia el fondo del mar. Ya sabíamos que esto sucede con el carbono y otros materiales, pero observar que todas estas dinámicas y estos efectos ambientales afectan a la transferencia y al destino final de estos contaminantes es muy interesante», concluye el Dr. Höfer.
Por su parte, el Dr. Cristóbal Galbán advierte que es primera vez que en la zona de estudio se detectan estos contaminantes y que, al estar acumulados durante mucho tiempo en deshielos, pueden recircular.
«Llama la atención porque es un área que tiene mucho tráfico humano y estos contaminantes están precisamente ligados a transporte humano y atmosférico«, indica Galbán.