Guardianas del océano: Mujeres que estudian ballenas en Chile
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Tiempo de lectura: 5 minutos En este Día Mundial de las Ballenas, la ciencia cobra un rol fundamental para avanzar en la protección de estos animales. En Chile, un grupo de investigadoras lidera la lucha por la conservación de estos gigantes marinos, demostrando el protagonismo femenino en las ciencias del mar.
Este 16 de febrero se celebra el Día Mundial de las Ballenas, una instancia para concienciar a la población acerca del valor ecológico de estas especies para el planeta.
Por su ubicación y características geográficas, Chile es un país privilegiado. En sus costas se pueden encontrar cerca de 43 especies de cetáceos, lo que representa poco más del 50% de las especies conocidas a nivel mundial. Este paraíso para el avistamiento ha despertado el creciente interés de científicos por investigar a esta fascinante especie. En este escenario, las mujeres han asumido un rol protagónico.
Es un amplio listado de investigadoras que, desde distintas disciplinas, han dedicado su trabajo al estudio de cetáceos en Chile. Esto respalda la idea de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por su sigla en inglés), que apunta a que las mujeres tienden a estar involucradas en iniciativas relacionadas con la naturaleza, liderando soluciones más equitativas y sostenibles para el cambio climático.
Camila Calderón-Quirgas, Susannah Buchan, Marcela Ruíz y Ana María García Cegarra forman parte del grupo de científicas que estudian cetáceos. Este es un trabajo que resulta clave para el levantamiento de datos y la toma de decisiones para la protección de estas especies. Ellas son, en definitiva, guardianas del océano:
Camila Calderón-Quirgas
La médica veterinaria de la Universidad de Concepción ha dedicado su trayectoria profesional a la conservación de mamíferos marinos en la región del Biobío. Actualmente, se dedica a investigar las ballenas a través de la bioacústica submarina.
El año 2017, fundó un emprendimiento, la editorial Ermitaño, enfocada en crear libros, juegos y experiencias educativas de ciencias del mar para la infancia.
Luego, en 2021, co-fundó el Centro de Estudios de Mastozoología Marina (CEMM) en Concepción, dedicado a la investigación de la ballena Sei. ¿Por qué estudiar a este tipo de cetáceo? Camila explica que esta especie era la única que llegaba hasta caleta Chome y poco se sabía de ella.
Susannah Buchan
Llegó a Chile el año 2007, cuando tenía apenas 23 años. Vino a trabajar en la ONG Centro Ballena Azul, la que sería su primera experiencia con cetáceos desde el territorio nacional. A partir de esa vivencia, se percató de que la extensa costa chilena y la creciente actividad marítima representan un desafío para la conservación de las ballenas.
El caso de las especies varadas en el país durante la última década la motivó a participar en un reciente estudio que reveló un crítico escenario para Chile y una gran preocupación para la especialista: el país tiene la tasa de mortalidad más alta de ballenas por colisiones con embarcaciones, a nivel mundial.
Gracias a la publicación, el país cuenta con una visión más completa de la gravedad del problema. «Este trabajo nos exige moralmente avanzar más y abrir las puertas a una mesa de trabajo a nivel nacional para revisar los lugares de alto riesgo y buscar soluciones para mitigar el riesgo de colisión», destaca la investigadora.
Marcela Ruíz
En 2019, la bióloga marina fundó Acústica Marina, una innovación nacional que busca solucionar los problemas mundiales que afectan la salud de los océanos.
Para lograrlo, diseñan y fabrican boyas en base a tecnología hidroacústica, las que miden y monitorean el ruido submarino. Esta información permite alertar a las embarcaciones sobre la presencia de fauna marina, como los cetáceos, y así prevenir que colisionen.
«Somos capaces de identificar sonidos, lo que nos permite cuadrar esta información y hacer alertas tempranas respecto de dónde están esas especies y embarcaciones», explica.
La científica destaca la importancia de los océanos. «Nos ayudan contra las problemáticas que tenemos en la crisis climática, es decir, están capturando CO2, están ayudando en el procesamiento del oxígeno. El océano es nuestra principal salvación como humanidad, por lo tanto, cuidar los océanos, cuidar a toda la fauna que se alberga allí, es cuidarnos a nosotros mismos«, destaca Ruíz.
Ana María García Cegarra
Nació en Murcia, España, y su pasión por el océano nació desde que era niña y sus padres la llevaban a la playa. Cuando tenía 10 años, vio un documental realizado por Ric O’Barry, en la que trataban de liberar a un delfín que había vivido en pésimas condiciones en cautividad en las Islas Bahamas. Con esa experiencia decidió que quería ser bióloga marina, por lo que ingresó a estudiar Ciencias del Mar en la Universidad de Cádiz.
Actualmente, la científica vive en Chile, donde ha estudiado para determinar si las actividades humanas como el tráfico marítimo, el turismo de observación de cetáceos y la contaminación tienen efectos negativos para el bienestar de diferentes poblaciones de cetáceos en Chile y Perú.
Es co-fundadora de la ONG CIFAMAC «Centro de Investigación de Fauna Marina y Avistamiento de Cetáceos», cuyo objetivo es impulsar el turismo responsable de observación de fauna marina y apoyar la conservación de las diferentes especies de cetáceos que visitan la bahía de Mejillones.