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Ranitas de Darwin viajan de Chile a Londres para prevenir su extinción

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Tiempo de lectura: 3 minutos La quitridiomicosis ha provocado la muerte de más de 1.300 de estos anfibios en solo un año. Ante esta emergencia, una alianza internacional ha puesto en marcha un ambicioso plan de rescate, que incluye el traslado de ejemplares al Zoológico de Londres.

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El Parque Tantauco, en la Isla Grande de Chiloé, albergaba las poblaciones más grandes conocidas de la Ranita de Darwin, un anfibio en peligro de extinción que habita sólo en Chile y Argentina.

En 2023, un equipo liderado por la ONG Ranita de Darwin y la Universidad Andrés Bello descubrió la llegada del hongo causante de la quitridiomicosis a este paraíso natural que hasta entonces se mantenía libre de la enfermedad. En tan solo un año, el hongo devastó las poblaciones de Ranita de Darwin, matando más de 1.300 ejemplares en su ola destructiva.

Ante esta dramática emergencia, un grupo de organizaciones formaron rápidamente una alianza para implementar un ambicioso proyecto que busca rescatar y recuperar este refugio para la especie.

Fotografía de una Ranita de Darwin tomada en el Parque Tantauco, cuando las poblaciones aún estaban libres del hongo quítrido. (créditos: Jaime Beltrand, ONG Ranita de Darwin)

Una de las primeras acciones de urgencia que se tomaron frente a la inminente desaparición de las Ranitas de Darwin en Parque Tantauco, fue la formación de una red nacional e internacional de centros de reproducción en cautiverio donde albergar a la especie mientras se busca una solución a la amenaza de la quitridiomicosis.

Así, un grupo de Ranitas de Darwin del Parque Tantauco viajaron exitosamente durante octubre de este año al Zoológico de Londres de la Sociedad Zoológica de Londres para su conservación y el establecimiento de un programa de investigación para combatir esta enfermedad.

“Las ranitas de Darwin son muy susceptibles a la quitridiomicosis; cuando una ranita se infecta, puede morir en unas pocas semanas, y la enfermedad puede producir la desaparición de poblaciones completas”, comentó el Dr. Andrés Valenzuela Sánchez, líder del proyecto, presidente de la ONG Ranita de Darwin e investigador de la Sociedad Zoológica de Londres.

La ranita de Darwin es el único anfibio en el mundo donde el macho cría a los renacuajos dentro de su saco vocal. “Este importante animal chileno está al borde de la extinción debido a la pérdida de bosque nativo, el cambio climático, y la quitridiomicosis, una pandemia global que está diezmando a los anfibios del planeta”, agregó el Dr. Claudio Azat, integrante del proyecto y director del Centro de Investigación para la Sustentabilidad de la Universidad Andrés Bello, lugar donde ha estudiado esta enfermedad por más de una década.

Equipo liderado por la ONG Ranita de Darwin durante el rescate de ranitas de Darwin, con la participación del Parque Tantauco y el Zoológico de Londres, parte de la Sociedad Zoológica de Londres. (créditos: ONG Ranita de Darwin)

Un viaje para salvar a la Ranita de Darwin

El proyecto busca implementar acciones de conservación en la naturaleza y un programa de rescate en cautiverio para preservar la diversidad genética de las Ranitas de Darwin del Parque Tantauco y en el futuro repoblar sus bosques con la especie.

Debido a la apremiante necesidad de realizar investigación científica que permita encontrar una solución para proteger a las Ranitas de Darwin de la quitridiomicosis, 53 Ranitas de Darwin fueron transportadas como parte del proyecto al Zoológico de Londres de la Sociedad Zoológica de Londres, organización sin fines de lucro que ha participado desde hace 17 años en la conservación de las Ranitas de Darwin en Chile y que es líder mundial en investigación de la quitridiomicosis.

“Transportar Ranitas de Darwin a otro continente no fue una tarea fácil, especialmente porque estábamos actuando contra el tiempo en una compleja operación en la que participaron 51 personas de 9 instituciones diferentes. Pero gracias a un comprometido equipo de nivel mundial y un estricto protocolo de manejo, todas las ranitas sobrevivieron el viaje que incluyó atravesar 13.000 km por mar, tierra y aire”, comentó Ben Tapley, Curador de los anfibios y reptiles que se encuentran bajo el cuidado de la Sociedad Zoológica de Londres.


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