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Descubren en Concepción especie de hongo documentado solo en Chiloé y Valdivia

Descubren en Concepción especie de hongo documentado solo en Chiloé y Valdivia

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Tiempo de lectura: 3 minutos Se trata del hallazgo más al norte de la especie Psathyrella chiloensis Singer y fue realizado en el Campus Naturaleza de la UDEC por el profesor Götz Palfner, junto a dos estudiantes.

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“No existe dibujo ni foto anterior de la especie, solamente la descripción textual, publicada en 1969”. Así explica el profesor Götz Palfner, biólogo y docente investigador del Departamento de Botánica de la Universidad de Concepción, el inédito hallazgo del que fue parte hace algunas semanas.

Mientras investigaba en el relicto de bosque nativo, que hoy forma parte del proyecto Campus Naturaleza Universidad de Concepción, registró junto a las estudiantes, Scarleth Jerez y Carolina Sobarzo, tres especies nativas de hongos que antes no habían sido vistas en el lugar.

“Una de ellas, la más importante, se llama Psathyrella chiloensis y se descubrió originalmente en Chiloé en 1967 por Rolf Singer, micólogo destacado de la época. Aparte de este material tipo existe solamente un registro previo más de la zona de Valdivia, publicado en 1998 por Eduardo Valenzuela y colaboradores. Con este registro en Campus Naturaleza, la distribución conocida de la especie aumenta considerablemente, porque es el registro más al norte de que se tiene conocimiento”.

Investigadores y académicos de diferentes facultades visitan a menudo el bosque nativo existente a pocos minutos de la Universidad que corresponde a un ecosistema relicto de bosque caducifolio de Concepción. En él, habitan especies arbóreas únicas y variadas, que marcan la transición entre los bosques nativos de la zona central y sur del país, por lo que es un espacio primordial de conservación como parte del proyecto Campus Naturaleza Universidad de Concepción.

Reino fungi

En relación a la importancia de los hongos como actor relevante en los ecosistemas nativos, el profesor Palfner, académico asociado del proyecto Campus Naturaleza, destaca que ellos se relacionan con los otros componentes del bosque, pero “cumplen su mayor rol ecológico con las plantas, en todo tipo de vegetación.»

El académico explica que los hongos forman su propio reino, el reino fungi. Este se distingue de los animales y de las plantas, son un grupo de organismos aparte, no obstante, forman múltiples asociaciones con las plantas.

Palfner sostiene que los bosques nativos, al tener más diversidad vegetal, también albergan más diversidad de hongos. “En las plantaciones de monocultivos hay mucho menos diversidad de hongos. Los bosques nativos de Chile y los bosques nativos en todas partes del mundo tienen millones de años de historia de evolución y de diversificación de especies. Así que son mucho más ricos en especies fúngicas por su historia evolutiva que una plantación exótica de pino o de eucalipto, que consiste de árboles introducidos recién hace quizás 50 o máximo 100 años aquí”.

Especies comestibles y venenosas

El académico explica que no existe una ley o una regla general que permita separar de forma segura un hongo comestible, de un hongo tóxico o venenoso, pero advierte que hay algunas que se deben respetar siempre. «Primero, recolectar solamente las especies que realmente conocen y reconocen, de las cuales saben que son comestibles y que no son fáciles de confundir con especies desconocidas o incluso con especies tóxicas”.

“La segunda regla es aprenderse las especies tóxicas venenosas, porque son pocas. En Chile tenemos solamente dos o tres especies de hongos tóxicos que son peligrosos, que pueden causar intoxicaciones mortales. Crecen solamente en las plantaciones de pino o bajo otros árboles exóticos y no en el bosque nativo», detalla.

“Hay una especie de Amanita, que tiene un sombrero de un tono amarillo claro y el resto del hongo es blanco, que se llama Amanita gemmata variedad tóxica, o Amanita tóxica, como sinónimo. Fue nombrada así porque es sospechosa de haber causado intoxicaciones graves, incluso mortales en el centro sur de Chile. Hay otra que tiene un sombrero rojo, a veces bien grande y con puntitos blancos encima. Eso es la Amanita muscaria y efectivamente es tóxica también, pero tiene una toxina menos peligrosa que las amanitas mortales que se llama ácido iboténico u otra forma de la misma toxina se llama muscimol. Provocan síntomas como vómito, náusea, vértigo, también dolor de cabeza, pero no son mortales”.

Palfner enfatiza que «la amanita más peligrosa es la Amanita phalloides que es verde y que tiene toxinas que destruyen el tejido del hígado y de los riñones. Por eso causa la muerte del paciente, de la persona que lo ingiere. Específicamente las especies mortales son aquellas que producen esta necrosis del hígado y de los riñones”.


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