Olas de calor: ¿Cómo serán los próximos veranos?
Tiempo de lectura: 3 minutos Las altas temperaturas tienen consecuencias graves en los ecosistemas, tales como mega sequías, incendios forestales y pérdida de la bio masa. Ante esto, el llamado es a tomar acciones preventivas.
Un reciente estudio encabezado por investigadores del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 afirma que con cada verano que pasa las temperaturas serán más elevadas.
René Garreaud, académico del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile y director de (CR)2, afirma que «cuando uno mira la historia, ve que la mitad de los años de (el fenómeno de) El Niño tienen temperaturas sobre lo normal, mientras que la otra mitad están por debajo del promedio».
Las altas temperaturas se quedarán
Las olas de calor en Chile están ligadas al viento Puelche, es decir, corrientes de aire que vienen desde Argentina, pasan por el sur a la Cordillera y fluyen de este a oeste, en el trayecto el viento se calienta mientras desciende. Si debido al cambio climático el aire ya está caliente, el viento Puelche solo genera eventos de calor extremo.
“Si el mismo Puelche ocurriese en los años 80, habría producido una ola de calor de 35° Celsius, pero en el 2023 o 2024 la ola de calor será más intensa, porque el aire actual está a mayor temperatura. Por lo tanto, el cambio climático está provocando que las olas de calor sean más duraderas, intensas y frecuentes”, afirma Garreaud.
El investigador explica este fenómeno como una ruleta donde hay temperaturas frías, frescas, templadas y cálidas, pero debido al cambio climático las temperaturas frescas han ido desapareciendo y estos son reemplazados por climas calurosos.
Impactos
Un reciente estudio encabezado por investigadores del (CR)2, publicado en la revista Weather and Cimate Extremes, abordó las olas de calor en Chile, haciendo un balance histórico desde 1980 en un contexto de cambio climático. La investigación concluyó que las olas de calor han ido en aumento desde la década del ’80 y que esta tendencia se mantendrá en gran parte del territorio nacional
Las olas de calor inciden en los incendios forestales. En el artículo ya mencionado se afirma que en enero de 2017 las temperaturas en el centro-sur del país sobrepasaron los 30°C, esto sumando la baja humedad del aire y alteraciones en el viento, generó las condiciones perfectas para que se quemaran cinco mil kilómetros cuadrados de bosques nativos, cifra que superó en 10 veces al promedio registrado en los últimos 40 años.
Por otro lado, a pesar de que los ecosistemas no se vean afectados por los incendios, si son impactados por las temperaturas extremas y las olas de calor.
Álvaro González-Reyes, académico del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad Austral de Chile y autor principal de la investigación advierte que los árboles de los bosques patagónicos, acostumbrados a condiciones de temperatura moderada, o la vegetación de la selva valdiviana, que requiere abundante agua, pueden verse severamente afectados ante el persistente calor.
«Las olas de calor no solamente afectan los bosques, sino que también hay un impacto aún no cuantificado en los cuerpos de agua, como lagos y humedales, y también en las reservas de agua», afirma González-Reyes.
Cómo prevenir desastres
Actualmente se pueden predecir las altas temperaturas con dos semanas de anticipación. Debido a su impacto, González-Reyes plantea usar la información recopilada en generar planes para el cuidado de la biodiversidad centrados en los parques nacionales. Algunas medidas que se pueden contemplar son el cierre de parques nacionales y también preparar el sistema de salud para evitar colapsos.
Al mismo tiempo, propone elaborar un ordenamiento que apunte a territorios resilientes. “Hay que recordar que las olas de calor no están relacionadas solamente al aumento de la temperatura, sino que también a la sequía, y si estas zonas tienen menos contenido de humedad en sus suelos se produce un efecto dominó que puede terminar en mega incendios, como lo ocurrido en enero del año 2017”, señala.
Actualmente, ocurren cerca de cinco mil incendios forestales en Chile durante la temporada de verano. Según Garreaud, «el clima será cada vez más favorable para que estos se propaguen, por lo que existe una alta probabilidad de que uno de estos incendios se combine con una ola de calor y se convierta en un mega incendio”.
Fuente: Universidad de Chile.