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Científicos de Brasil y Chile estudian algas de la Patagonia chilena

Científicos de Brasil y Chile estudian algas de la Patagonia chilena

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Tiempo de lectura: 2 minutos Potenciar el estudio de marea roja, entender fenómenos sobre la migración de enfermedades y el aporte de las algas en industrias como la cosmética y la farmaceútica son algunas de las áreas de colaboración que plantearon investigadores brasileños que llegaron hasta Cabo de Hornos.

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Chile, país largo y angosto, es conocido por la variedad de ecosistemas y climas a lo largo de los 4.270 kilómetros que unen la franja desde el norte hasta el fin de la Patagonia. Es en esta última zona, en específico en Cabo de Hornos, donde la riqueza de su biodiversidad y su pristinidad es llamativa para miles de turistas y científicos.

Esto no estuvo ausente de la mirada de investigadores e investigadoras de una comitiva de distintas instituciones de educación superior de Brasil, quienes participaron en el Workshop internacional de la red Binacional Chile/Brasil para el estudio de Ecosistemas Marinos Subantárticos.

Si bien, 3.000 kilómetros nos separan con Brasil, la fauna marina y animales no entienden de fronteras. ¿Será que compartimos las mismas especies de algas y microalgas marinas? Estas son algunas de las preguntas que se quieren responder con las colaboraciones. Tal como explica la investigadora Mariana Cabral de Oliveira de la Universidad de São Paulo,: “La conexión es más visible de lo que pensamos debido a los efectos del cambio climático en el océano, con el aumento de sus temperaturas y del ph de las aguas”.

“Se ha visto que las algas migran cada vez más hacia los polos y para nosotros como investigadores sería muy interesante ver si algas presentes en Brasil y en Chile, como las pardas, son de la misma especie y ver si están migrando, y si es así, conocer cómo se están adaptando. ”, explicó la investigadora brasileña.

Un interés compartido con el investigador principal del Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC), Andrés Mansilla, quien añadió, también, que  “existen varios puntos en común con Brasil, específicamente la Amazonía, con el Cabo de Hornos y Puerto Williams”.

Diversas industrias

A pesar de que la Región de Magallanes cuenta con extensas costas, el país tropical tiene laboratorios e innovación más sofisticados en cuanto al estudio de algas, área poco explorada en Chile y que con esta alianza se podría fortalecer.

Las algas son organismos centrales para una economía circular, ya que permiten la sustitución del petróleo en industrias, como la química, farmacéutica y biorrefinería tal como desarrolló el investigador de la Universidad de São Paulo, Pío Colepicolo. El académico explicó cómo en el Instituto de Química de la universidad brasileña trabajaron junto a la empresa Natura, “quienes utilizaron nuestros estudios para elaborar las bases de los compuestos que utilizan en sus productos, que están compuestos en un alto porcentaje por algas”.

Pero el beneficio de las algas no solo se debe a la riqueza de sus compuestos, sino también porque los bosques de algas han sido reconocidos como grandes sumideros de carbono y contribuyen a reducir la cantidad de CO₂. Esto, para el investigador de la Universidad Federal de Santa Catarina, Paulo Horta, es clave. “Las algas no sólo están conectadas a la salud de los ecosistemas marinos y terrestres, sino que también a la salud humana”.

En esta dirección, el investigador principal del CHIC, Ricardo Rozzi, explica que Isla Navarino es el punto cúlmine de diversas especies de aves que, desde la Amazonía vuelan miles de kilómetros para nidificar, como es el caso del Fío-Fío. “El estudio de las aves nos ha indicado que estas son vectores de transmisión de enfermedades, como la malaria aviar por ejemplo. Entonces, si vemos con atención podemos entender que dos zonas geográficas, ecosistemas, que están tan alejados entre sí, están interconectadas por distintas especies migratorias”, agregó Rozzi.

Fuente: UMAG


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