Conejo europeo: El enemigo de las especies nativas
Tiempo de lectura: 3 minutos Este 26 de septiembre se celebra el Día del Conejo. Un animal adorable que, sin embargo, causa estragos en la biodiversidad y los ecosistemas del país, afectando la fauna y flora nativa, bosques esclerófilos y suelos.
Por sus largos bigotes y patas peludas, los conejos son considerados como uno de los animales más adorables. Pero lo cierto es que están catalogados dentro de las 100 especies invasoras más dañinas del mundo. Su nombre científico es Oryctolagus cuniculus, o también llamado conejo europeo. Fue introducido en el centro y sur de Chile en la década de 1880, y actualmente presenta una extensa distribución, desde la Región de Atacama hasta Los Lagos, e incluso parte de la Región de Magallanes.
«El conejo tiene una tasa de fertilidad muy alta. Las hembras pueden tener hasta tres partos, con unos seis a siete conejos por parto y se reproducen de una forma muy rápida. Cuando la vegetación primaveral es muy buena, podemos llegar a fines del verano a una población en todo el país de unos 200 millones de conejos«, explica el médico veterinario de la Gerencia de Áreas Silvestres Protegidas de CONAF, Miguel Díaz
Al año, los conejos europeos generan una pérdida aproximada de 3 millones de dólares. Se trata de una especie que se alimenta de pastizales, brotes y otros vegetales, muchos de ellos nativos, lo que favorece el crecimiento de especies invasoras de plantas. «Todos los conejos comen mucha vegetación, roen las plantas nuevas y de árboles nativos, hacen madrigueras en los suelos y los destruyen. Es un gran agente de daño de toda la reforestación«, menciona Díaz.
Por su parte, la investigadora de CAPES UC, Paola Correa, añade que esta especie representa una amenaza para los bosques esclerófilos, un ecosistema endémico propio de zonas mediterráneas que se encuentra en muy pocos lugares del mundo. «El consumo de plántulas por el conejo ha tenido un profundo impacto en el envejecimiento y escasa renovación de las poblaciones de palma chilena, especie endémica en peligro de extinción. La herbivoría del conejo afecta también la regeneración de una variedad de árboles nativos endémicos como, por ejemplo, el peumo y el quillay».
Díaz detalla que la carencia de enemigos naturales en la fauna nacional ha favorecido la proliferación de los conejos. Sin embargo, «con el paso del tiempo, ha comenzado a ser incorporado de forma relevante en la dieta de depredadores nativos, como el águila mora, el peuco, el zorro culpeo, el puma, y también de carroñeros como el cóndor«, complementa la investigadora de CAPES, Gabriela Flores.
Planes de manejo
Flores señala que «es muy difícil controlar al conejo, debido a que es una especie relativamente pequeña, que alcanza gran abundancia y que tiene una enorme capacidad reproductiva. Entonces existe el consenso de que, al menos por el momento, no es factible realizar un control del conejo a escala de Chile continental«.
Pese a esta dificultad, se han desarrollado una variedad de métodos para reducir los impactos del conejo europeo. «Pueden clasificarse en dos estrategias: métodos indirectos, que buscan mediante barreras físicas o químicas proteger los recursos atacados, y métodos directos, que eliminan a los conejos», menciona Correa.
La protección individual de plantas y uso de repelentes es un ejemplo de métodos indirectos, mientras que la cacería con armas de fuego y el trampeo de los directos. «Entre los métodos químicos destaca el uso de cebos tóxicos, muy utilizados por el sector silvícola en Chile. Por otro lado, se conocen agentes infecciosos altamente mortales, contagiosos y específicos para el conejo, que han sido utilizados como agentes de control biológico en Australia y Europa, y que constituyen una potencial herramienta para la erradicación de conejos en islas», agrega Correa.
Isla Juan Fernández y Robinson Crusoe
Para los investigadores, la presencia del conejo europeo resulta mucho más dañina en lugares como la Isla Robinson Crusoe, donde fue introducido con el propósito de utilizarlo como suplemento alimenticio para la población local. «Este, junto con otras especies exóticas invasoras, ha causado un grave deterioro a la biodiversidad de ese ecosistema, reconocido internacionalmente por su extraordinario endemismo de plantas vasculares», explica Correa.
«En esta Isla, el conejo mediante su herbivoría dificulta la regeneración del bosque, favoreciendo su envejecimiento y constituye una seria amenaza para muchas especies de plantas. Además, de que sus abundantes madrigueras favorecen la erosión y dificultan la nidificación de aves marinas«, comenta Flores.
La investigadora destaca que la abundante presencia de conejos en Robinson Crusoe se podría revertir con apoyo financiero y técnico internacional, tal como se ha logrado en las islas Choros y Chañaral, de la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, y la isla Santa Clara del Parque Nacional Archipiélago de Juan Fernández. «Estas eliminaciones de conejos han permitido demostrar que el país tiene las capacidades, y que esta medida favorece la recuperación de la biodiversidad en ecosistemas isleños«, advierte Flores.