Estudio revela la variabilidad genética del chorito
Tiempo de lectura: 2 minutos Investigadores del Instituto Milenio SECOS y de la UCN, estudiaron bancos naturales de chorito en la Patagonia Norte, detectando que esta especie tendría buenas capacidades para adaptarse a los cambios ambientales.
El chorito chileno (Mytilus chilensis) es un molusco endémico de Chile que se encuentra desde el río Tirúa hasta Punta Arenas. En estas zonas forman bancos naturales de juveniles y adultos, donde se reproducen y generan larvas o “semillas” que pueden transportarse por más de dos semanas en la columna de agua.
Actualmente, esta especie es de los moluscos que más se cultivan en Chile, incluso, según SERNAPESCA, el 99% de los desembarques del chorito es por la miticultura. Pero, para poder desarrollar su cultivo, se necesita capturar las semillas desde los bancos naturales. Por lo tanto, la miticultura depende de las poblaciones naturales del chorito, transformándose en un importante sistema socioecológico, sobre todo en el mar interior de Chiloé y en el Seno de Reloncaví, donde se ubican más del 60% de las instalaciones de miticultura y se realiza casi el 99% de los desembarques.
En este contexto, dos investigadores de la Universidad Católica del Norte (UCN) y del Instituto Milenio en Socio-Ecología Costera (SECOS), realizaron un estudio donde evaluaron la estructura genética espacial y temporal de Mytilus spp. de seis bancos naturales, ubicados entre las regiones de Los Ríos y Los Lagos, desde Mehuín en el norte hasta Yaldad en Chiloé, durante cuatro años consecutivos.
“El análisis entre años lo utilizamos como un indicador de la variabilidad reproductiva del chorito, dado que, si existe variación genética en el tiempo, se puede deducir que ha habido variación en el éxito reproductivo entre años”, explica Pilar Haye, autora principal de la investigación, académica de la UCN y directora alterna del Instituto Milenio SECOS.
Especie resiliente
Los resultados demostraron que existe una alta diversidad genética en los seis sitios de estudio, y que la distribución de esta fue homogénea en todos los bancos naturales analizados. Este hallazgo, podría sugerir que el chorito tendría una diversidad genética suficiente para responder a cambios en el ambiente, como el cambio climático, la acidificación u otros fenómenos.
Además, la investigación halló algo de variación entre los bancos en los años analizados, lo que podría sugerir que su éxito reproductivo varía en el tiempo, lo que implica que la disponibilidad de semillas no sería igual todos los años, tal como lo han reportado miticultores que trabajan en estas zonas.
“Las poblaciones naturales del chorito sustentan casi completamente al sistema socio-ecológico de la mitilicultura basado en su cultivo, por lo que estudiar en detalle cómo varía la diversidad y estructura genética entre varios años, provee información relevante sobre su biología y aporta elementos importantes para su sustentabilidad”, reafirma Nicolás Segovia, coautor del estudio e investigador del Instituto Milenio SECOS.
De esta forma, el estudio espera aportar conocimientos para una adecuada gestión de los bancos naturales de chorito y la sustentabilidad de este sistema socio-ecológico.
Fuente: UCN