La batalla por la protección del krill en la Antártica
Tiempo de lectura: 2 minutos Toda la fauna que vive sobre las costas y los aires de la Península Antártica, tienen un lazo vital con el krill, esta especie diminuta que en su etapa adulta no supera los seis centímetros y que hoy está el centro de esfuerzos internacionales para su protección. En un esfuerzo por preservar su hábitat se reúnen en Santiago la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (Ccrvma).
La Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (Ccrvma) sesionará esta semana en Santiago para avanzar en las discusiones respecto a tres áreas marinas protegidas (AMP) propuestas al interior del organismo, la tercera reunión especial del espacio en cuatro décadas de existencia.
Conformada por 27 miembros a nivel internacional (26 países más la Unión Europea), la Comisión forma parte del Tratado Antártico y es responsable del manejo de recursos vivos marinos en el llamado continente blanco.
En particular, Argentina y Chile, además de otros actores miembros de la Comisión, manifiestan especial interés en la Península Antártica, una de las zonas cuya biodiversidad buscan proteger mediante la figura de las AMP y que actualmente es de las más afectadas por el calentamiento global, pese a que, paradójicamente, tiene bajas producciones de dióxido de carbono.
El impacto de este fenómeno se traduce en una amenaza latente a las especies que habitan la región, dependientes en su mayoría, directa o indirectamente, del krill antártico.
Toda la fauna que habita sobre las costas y los aires de la Península Antártica, uno de los territorios más inhóspitos y bellos del planeta, tiene un lazo vital con esta especie diminuta que en su etapa adulta no supera los seis centímetros y que hoy está el centro de esfuerzos internacionales para su protección.
Las amenazas que se posan sobre el krill son múltiples, aunque no es la primera vez que este territorio enfrenta escenarios adversos por acción del ser humano: la zona fue arrasada a principios del siglo XX por la industria ballenera, dejando penosas imágenes con decenas de cadáveres cetáceos acumulados junto a las faenas en una empresa que, se estima, asesinó al 99 % de la población de ballenas azules de la época.
En 2018, Chile y Argentina presentaron de manera conjunta una propuesta de AMP para esta península austral, cooperación que se suma al ánimo de proteger a su vez la llamada Antártica Oriental y el Mar de Weddell.
Según especialistas que intervienen activamente en esta empresa global, tanto a nivel científico como de difusión, el apoyo mayoritario para avanzar en la creación de estas AMP no ha logrado romper con las negativas de Rusia y China.
Se espera que el encuentro en la capital chilena facilite el diálogo y permita destrabar estas conversaciones que se extienden por más de una década.
Fuente: EFE