Praderas marinas para mitigar la crisis climática
Tiempo de lectura: 2 minutos Una experta de la Universidad de Atacama estudia la importancia de estas praderas marinas para la conservación de la biodiversidad y la retención del CO2, principal gas de efecto invernadero.
El universo vegetal visible en el mar no incluye sólo a las macroalgas, como huiros y cochayuyos sino también existen praderas subacuáticas de pasto marino, el Heterozostera nigricaulis. Al igual que el pasto terrestre, éste se reproduce a través de semillas y por propagación vegetativa, su presencia facilita el desarrollo de una numerosa biodiversidad marina, además de contribuir a mitigar los efectos del calentamiento global al capturar CO2 en sus raíces.
“El pasto marino es una planta que tiene tejidos más diferenciados como rizomas, hojas y raíces con las cuales se ancla en el fondo blando. Se trata de una planta que era terrestre y que se adaptó a vivir en el mar”, explica la bióloga marina e investigadora de la Universidad de Atacama, Eva Rothäusler.
Curiosamente, en las especies de pasto marino encontradas en Chile no se ha registrado la producción de semillas ni floración, lo que les hace un objeto de estudio único en lo que la investigadora califica como las praderas marinas más remotas del mundo.
Contribución ambiental
Se estima que el pasto marino colonizó las costas chilenas desde hace 100 a mil años, procedente de las costas australianas. “El pasto marino también hace fotosíntesis y es un sumidero de CO2 atmosférico, por medio de las raíces pueden mantener el carbono en el fondo, almacenándolo por mucho tiempo, lo que se conoce como “blue carbón”. En otras palabras, una solución contra el cambio climático basada en la naturaleza”, describe la bióloga marina.
Rothäusler da cuenta de que en Chile, hasta el momento, el pasto marino se ha registrado en tres parches aislados en las regiones de Atacama y Coquimbo separados por no más de 300 kilómetros.
A diferencia de otras algas, el pasto marino no tiene aplicaciones para la alimentación humana, pero si nos entrega servicios para la captura del CO2. Además, suaviza el impacto de los oleajes a la costa e indirectamente nos proporciona alimento, pues mucha fauna vive asociada al pasto marino, lo que es un servicio ecosistémico.
Fuente: UDA