Científicos chilenos plantean sus expectativas para la COP28
Tiempo de lectura: 4 minutos Cuatro investigadores chilenos que lideran estudios sobre los océanos, el clima, la Antártica y los recursos renovables plantean sus inquietudes y expectativas de cara a la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), que inicia hoy jueves 30 de noviembre en Dubái.
El mundo está expectante por la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP28, que se inicia en Dubái, capital de los Emiratos Árabes. Es que conseguir acuerdos entre las cerca de 200 naciones participantes para mitigar la crisis climática nunca ha sido fácil, y menos entre los países desarrollados que mueven la economía mundial, como Estados Unidos, Rusia, India y China.
En años anteriores, estos encuentros han debido extender su término por algunos días más. Esto, tras no llegar a consensos para el endurecimiento de los objetivos de protección climática. La meta es cumplir con el Acuerdo de París, que compromete a los países a evitar que la temperatura media del planeta suba este siglo por encima de 1,5 grados.
Cabe recordar que, en la COP27, realizada el año pasado en Egipto, las negociaciones se prolongaron por un día más de lo estimado. Fue la financiación para pérdidas y daños a los países en desarrollo -los que menos han contaminado históricamente y los que más sufren los daños del clima- el tema más polémico y que dio lugar a difíciles consensos.
Uno de los resultados fue que la Unión Europea aceptó la creación de una Fondo de Pérdidas y Daños para los países más vulnerables, sin embargo, la polémica está en que no se constituye como un fondo de compensación.
¿Qué significa? Que las negociaciones sobre pérdidas y daños no consideran el reconocimiento de una responsabilidad histórica por parte de los países desarrollados y una consecuente compensación. Además, contempla que ese fondo debe estar destinado a los países más vulnerables, pero no necesariamente a todos los países del sur global.
¿Qué pasará este año? ¿Se acordarán medidas más contundentes? ¿Cederán las potencias mundiales? Científicos chilenos de distintas áreas abordan estas interrogantes y dan a conocer sus expectativas para esta COP28.
Mayor protección de los océanos
El director del Instituto Milenio de Oceanografía, Osvaldo Ulloa, plantea que sus expectativas sobre la cumbre «no son muy altas«. No obstante, considera que es clave impulsar medidas que resguarden los océanos: «Espero que se puedan tomar acuerdos que incorporen la protección del océano ante los efectos negativos que se están produciendo por la actividad humana».
Asimismo, menciona que debería fomentarse la investigación para abordar los efectos del cambio climático: «Que se genere un apoyo para entender mejor el funcionamiento del océano, labor de la ciencia, y su integración en las estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático, sobre todo en países como el nuestro».
Respecto al papel de Chile en la COP28, el académico de la Universidad de Concepción considera que éste debiese ser más activo y que «no basta con poner el foco en la mitigación de los efectos del cambio climático. Debe negociar el ser parte de las transformaciones tecnológicas que están ocurriendo».
Avanzar en el Fondo de Pérdidas y Daños
El climatólogo de la Universidad de Santiago, Raúl Cordero, se suma a Ulloa al comentar que «hay que mantener las expectativas bajas respecto los resultados de la próxima cumbre debido a el lugar donde se llevará a cabo«.
«Dubái es uno de los países más responsables de la producción de combustibles fósiles, que generan la mayoría de emisiones de gases defecto invernadero que están cambiando el clima», explica Cordero.
En este escenario, el investigador menciona que «el país anfitrión tendrá que esforzarse para disipar las sospechas de complicidad con la que, al menos desde el mundo del activismo climático, se los percibe».
Respecto a los puntos que se debiesen priorizar, están el Fondo de Pérdidas y Daños para los países más vulnerables: «Este Fondo permitirá compensar los efectos de los eventos extremos (cada vez mas frecuentes e intensos) en países del sur global«, dice Cordero.
En ese sentido, el científico indica que «Chile debería posicionarse, como ha hecho en el pasado, en apoyar la transferencia de fondos desde el norte global al sur global para financiar la adaptación climático y el fondo de pérdidas y daños».
Adaptación y resiliencia
Por su parte, la investigadora del Centro del Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), Roxana Bórquez, quien también será parte de la delegación chilena en la cumbre, dice reconocer que no tiene tantas expectativas. «Han habido bastantes dudas sobre cómo el país anfitrión ha tratado de desviar el foco de la discusión«, menciona.
«En términos concretos espero menos anuncios y más consolidaciones, como el Fondo para Pérdidas y Daños, el abandono de combustibles fósiles pero con procesos de transición que sean justos, metas más concretas del Global Goal on Adaptation», señala.
Respecto al rol de la academia, destaca la importancia de «avanzar sobre formas de monitoreo de adaptación y resiliencia. Esto ha estado en la frontera del conocimiento, se han ido aunando esfuerzos, pero la capacidad para hacer seguimientos y tomar datos desde las comunidades es aún muy limitado».
Y agrega que «ya no se logró mantener el calentamiento global por bajo 1,5°C. Por lo tanto, es clave incrementar la resiliencia de las comunidades y los ecosistemas«.