Adicción digital: La esclavitud que teme Nora Volkow
Tiempo de lectura: 2 minutos La psiquiatra e investigadora mexicana-estadounidense, Nora Volkow, expuso sobre la adicción a las drogas y su relación con el sentimiento placentero de la dopamina, popularmente conocida como la hormona de la felicidad.
Con una curiosa confusión idiomática al inicio de la charla, la neurocientífica y psiquiatra, Nora Volkow, comenzó su exposición cuestionando cómo podemos utilizar el conocimiento que se ha derivado de la investigación de las drogas y cómo pueden producir adicción en las personas que les entrega una perspectiva sobre el uso de redes sociales y una comprensión del futuro.
La investigadora comenzó explicando que el sistema cerebral tiene la función de enviar señales al organismo que permitan la sobrevivencia del sujeto, sin embargo, algunos químicos como las drogas, pueden tergiversar esta sensación de agrado y desarrollar una adicción en el individuo.
Mientras que, el estímulo viene impulsado por la dopamina: un químico neurotransmisor de nuestro cerebro que hace posible la comunicación entre las células, además de una sensación que el cerebro interpreta como una recompensa, vale decir, asociado a la felicidad o el placer.
Las adicciones y su relación con el sistema cerebral
La biología necesita de una organización que le permita al organismo tener un comportamiento que garantice la supervivencia, de eso se trata la dopamina, según describió la psiquiatra.
»Si quieren que un comportamiento se repita, deben hacer que tenga recompensas. Si como y me resulta placentero, lo voy a repetir (…) existen químicos naturales y artificiales como la cocaína o la nicotina, cuando se ingieren, estimulan ese sentimiento de recompensa», enfatizó la investigadora.
El peligro del consumo de drogas
De acuerdo con la directora del Instituto Nacional sobre el abuso de Drogas en Estados Unidos, los individuos más vulnerables, debido a factores genéticos o experiencias traumáticas en la niñez, son más propensos a los efectos recompensantes de las drogas y a su repetición.
»Cuando los repiten, el cerebro comienza a cambiar. Cambia de manera que la persona transiciona de esa capacidad de tomar una droga, sentir placer y decir ya está, ya fue suficiente, a una transición de una persona que ya no siente placer a partir de esa droga y no puede controlarla», señaló Volkow.
Los estímulos podrían conllevar a un estado emocional negativo
La dopamina parte con la sensación de recompensa placentera. Cuando hay una recompensa nueva, el cerebro cambia y activa el proceso de aprendizaje y memoria, distinto al proceso de memoria.
Sin embargo, este proceso de memoria se vincula con la experiencia del efecto gratificante, lo que conlleva a una adicción, en el caso de las drogas, detalló la experta.
El impactante resultado de la hipótesis de las personas adictas
La investigadora abordó por qué no todas las personas que se ven expuestas a las drogas se convierten en adictos y por qué algunas personas se ven más atraídas a las drogas que otras. Para ello, presentó la hipótesis que plantearon inicialmente.
»La gente que buscaba drogas, que es adicta, ahí se ve un mayor cambio en la dopamina», es una parte de la hipótesis que comentó Volkow.
Paradójicamente, el estudio mostró un resultado contrario: en la hipótesis, se planteó que la gente adicta a drogas tenía un mayor cambio tras el consumo, en comparación con los no adictos. No obstante, la investigadora mostró que los consumidores de cocaína manifestaron un menor cambio de dopamina.
La directora del Instituto Nacional Sobre el Abuso de Drogas en Estados Unidos cerró con el testimonio de una persona adicta.
»Es como cuando uno no puede respirar, es hambre de tener aire, esa desesperación de lo que uno quiere, el sentido de que uno no va a sobrevivir. Eso es la adicción», cerró la investigadora.