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Florencia Álamos: La neurocientífica que trabaja por mejorar la salud mental adolescente

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Tiempo de lectura: 3 minutos La directora ejecutiva de la Fundación Kiri ha dedicado su trayectoria a impulsar la salud mental en niños, niñas y adolescentes, con un enfoque basado en la interdisciplina y la sensibilidad.

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Desde la curiosidad innata, cultivada en los bosques del sur de Chile, hasta los laboratorios de neurociencia en Estados Unidos, el camino de Florencia Álamos ha estado marcado por una búsqueda constante de respuestas y un profundo interés por el funcionamiento del cerebro humano.
Tras estudiar medicina y especializarse en neurociencia, su foco se ha centrado en uno de los desafíos más apremiantes de la sociedad actual: la salud mental infantil. Álamos, hoy directora ejecutiva de Fundación Kiri, ve en la neurociencia no solo un campo fascinante de investigación, sino una herramienta clave para generar impacto social.
Su intriga por la neurociencia y la salud mental la llevó a ser reconocida entre las 100 mujeres líderes de Chile en el año 2020, al premio Excelencia Tesis Doctoral en la Universidad Católica de Chile, y a liderar la iniciativa pionera que busca fortalecer el bienestar emocional de niños y niñas en Chile a través de herramientas preventivas basadas en evidencia científica.
«En la neurociencia hay una fascinación muy natural por este mundo de la incertidumbre», comenta Álamos, quien reconoce la complejidad y los desafíos de investigar el cerebro. Sin embargo, esto no fue una barrera para la especialista, más bien, la impulsó a buscar respuestas con un impacto social directo.
«Me han movido mucho tratar de resolver preguntas (…). La neurociencia tiene que trabajar con la economía, con la educación, con la salud, para poder responder hoy a desafíos demasiado importantes», afirma, subrayando la necesidad de un enfoque interdisciplinario para abordar problemáticas como el bienestar en la niñez, una ventana crítica para el neurodesarrollo.

Fundación Kiri: Un «vaso de leche» para la salud emocional

Inspirada por la historia del Dr. Fernando Mönckeberg, quien combatió la desnutrición infantil en Chile con el programa de leche Purita, Florencia y el equipo se cuestionaron por su propio «vaso de leche».

Se dieron cuenta de que tenían que hacer algo frente a las alarmantes cifras de salud mental post pandemia: 1 de cada 2 jóvenes en Chile presenta problemas de salud mental, mientras que 7 de cada 10 niños no saben expresar sus emociones.

«Vemos que también hay una deuda pendiente. Si hace 60 años era la desnutrición alimenticia, hoy es la desnutrición emocional», reflexionó Florencia.

Frente a esta realidad, Fundación Kiri nace con la misión de abordar esta «desnutrición emocional». Su estrategia se basa en dos pilares fundamentales: la interdisciplina y la evidencia científica. «Todos los problemas complejos requieren de interdisciplina (…)  y las respuestas tienen que estar de la mano de la evidencia», explica Álamos. Frente a esto, la fundación opta por un enfoque preventivo, buscando llegar antes de que los problemas de salud mental se instalen.

Trabajar desde la prevención

Creer en los niños y niñas, y aprender a colaborar son algunos de los «ingredientes» fundamentales que destaca Florencia Álamos. Estos serían los pilares para impulsar la comunidad y calidad de la salud mental en niños, niñas y adolescentes.

Sin embargo, no se trata solo de ofrecer actividades, sino de infundir una metodología específica para generar entornos de protección y desarrollo de habilidades socioemocionales cruciales. 

Estos factores incluyen fomentar un sentido de pertenencia, fortalecer vínculos significativos con adultos que crean en ellos y entregar un «kit de herramientas básicas para poder sobrevivir en un mundo que es complejo». El trabajo de la neurocientífica está plasmado en lo que hace Fundación Kiri, en colaboración con centros académicos como el Centro Interdisciplinario de Neurociencias y universidades como Harvard.

«Aunque todos diéramos nuestro mayor esfuerzo, sería insuficiente, porque ese es un problema muy grande. Eso ha hecho también, para mi, sentir una responsabilidad y una obligación de estar en estos espacios, hablando sobre estos temas, porque realmente se requiere un cambio como sociedad«, expresa Florencia en su compromiso con comunicar y entregar las herramientas clave para el cuidado.

Como coautora del libro «A 4.270 KM: Diario de amistades rotas, salud mental y neurociencia», Florencia Álamos sumó un nuevo desafío a su destacada trayectoria, instancia en la que ilustró su pasión y promesa con empoderar a los adolescentes y educar sobre la importancia de cuidar algo tan importante como lo es la salud mental.

A la fecha, la co-tutora de investigación extiende su labor a la divulgación, con la idea de generar un cambio cultural para abordar la crisis de salud mental de manera colectiva.


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