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Leyla Cárdenas: La historia de la primera decana de Ciencias de la Universidad Austral

Leyla Cárdenas: La historia de la primera decana de Ciencias de la Universidad Austral

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Tiempo de lectura: 5 minutos La bióloga marina repasa su trayectoria desde sus inicios como investigadora en la Antártica hasta convertirse en decana de la Facultad de Ciencias de la Universidad Austral de Chile, que este año logró por primera vez una matrícula mayoritariamente femenina en primer año. «Eso nos pone muy felices, porque cuando empezamos no era así», dice a Cooperativa Ciencia.

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En el escritorio de la oficina de Leyla Cárdenas, decana de la Facultad de Ciencias de la Universidad Austral de Chile (UACh), hay un libro que se titula «Chile: La luz del silencio». En él, una serie de imágenes tomadas por el fotógrafo Pablo Valenzuela recorren los paisajes del norte al sur del país.

«Elegimos este libro con hermosas imágenes que te pueden servir de inspiración en futuros terrenos», se lee en la primera página. Es una dedicatoria para Leyla escrita por sus compañeros del doctorado en Ciencias Biológicas el año 2007. «Ese año yo estaba recién empezando. Pero, mira, termina aquí, en la Antártica», indica la bióloga marina y señala la foto de un glaciar.

En el continente blanco, la científica ha desarrollado buena parte de sus estudios, con foco en especies invasoras. La primera vez que viajó fue en 2010, y hoy lleva nueve expediciones en el cuerpo. «Esto era lo que me motivaba. Llegar al sur, sentirme como respirando, como con eso de oxígeno. Me encanta», afirma.

Leyla Cárdenas es pionera en varios aspectos: la primera mujer decana de la Facultad de Ciencias de la UACh (electa en 2020 y 2023) y cuarta mujer con este cargo en la historia de dicha casa de estudios.

En 2007 fue reconocida con el premio For Woman in Science de L’Oreal-UNESCO y, un año después, por la Academia Chilena de Ciencias con el premio a la mejor tesis doctoral. Uno de sus hallazgos más relevantes ocurrió en 2020, cuando, junto a su equipo de investigación, identificaron el primer asentamiento de choritos en la Antártica.

«Creo que una de mis características o, por lo menos, lo que yo quiero, es que nunca trabajo sola. Creo que por eso me he quedado en la Antártica, porque también la filosofía allá es así», destaca la directora del Consorcio Sur-Subantártico integrado por las universidades de Talca, del Bío-Bío, Católica de la Santísima Concepción, de La Frontera, Austral de Chile y de Magallanes.

De Aysén a Valdivia

Leyla Cárdenas nació en Aysén. Le atribuye su fascinación inicial por la ciencia al entorno natural que la rodeó desde pequeña. «Cuando uno vive rodeada de verde, de sapos, de peces, es como la oportunidad se crea«, comenta. Sin embargo, recuerda un momento clave a los 12 años: una salida a terreno junto al río Simpson guiada por su profesora de biología.

«Fuimos a ver el río y nos mostró los helechos y los musgos, y nos hizo dibujarlos. Fue como el descubrimiento de que la naturaleza tenía un nombre, una forma y un sentido en la vida«, relata.

Ese «click» no solo despertó su interés por organizar y entender los patrones naturales, sino que también la impulsó a ser más sistemática en sus estudios. Los resultados no tardaron en llegar: «Me fue súper bien en la prueba, que en ese momento se llamaba Prueba de Aptitud Académica», cuenta la decana UACh.

La elección de estudiar Biología Marina en la UACh no fue fácil. Era una carrera poco conocida y dominada por hombres. «No era una carrera de mujeres«, recuerda. Pese a las dudas iniciales de su familia, su convicción y el consejo de un profesor la llevaron a Valdivia, motivada también por la cercanía a su hogar en Aysén y su deseo de trabajar al aire libre, conectada con el mar.

«Yo llegué a estudiar acá a Valdivia el año 93. Éramos muy poquitas mujeres, pero teníamos una profesora en particular, la profesora Elena Clasing, que era referente prácticamente de todas nosotras», menciona la investigadora.

Créditos: AQUA

Créditos: AQUA

Un nuevo escenario de participación femenina en ciencias

Han pasado más de 30 años desde que Leyla Cárdenas inició sus estudios de pregrado. Con el tiempo, ha habido cambios respecto a la participación femenina en ciencias, sin embargo, aún se mantiene la brecha.

De acuerdo con el último informe de Brechas de Género en la Educación Superior 2024, apenas un 20,8% de la matrícula de primer año en universidades en áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM) correspondió a mujeres, versus el 79,2% de los hombres.

Ante este escenario, una de las medidas que se han implementado en la Facultad de Ciencias UACh tiene que ver con establecer cupos de ingreso exclusivos para mujeres. «Es uno de nuestros pilares de trabajo desde 2020. Hemos hecho una nueva vía de acceso que se llama ‘Más Mujeres en Ciencia’. Gracias a eso, este año, por primera vez, tenemos más mujeres matriculadas en primer año que hombres. Y eso nos pone muy felices, porque cuando empezamos no era así», destaca Cárdenas.

Para la científica, una de las claves está en tener referentes: «Yo creo que eso es fundamental. Así como en el fútbol los hombres siguen a los buenos futbolistas, en la vida también una busca referentes para armar su propio camino, entonces si queremos más mujeres en ciencia tenemos que mostrar más mujeres que hacen ciencia».

Antártica: Laboratorio natural y centinela del cambio climático

Tras completar su formación de pregrado y postgrado, que incluyó estadías en Santiago, Francia y Antofagasta, en 2008 Leyla Cárdenas regresó a Valdivia como académica de la UACh. Fue entonces cuando, motivada por un colega, dirigió su mirada científica hacia el sur extremo: la Antártica.

Desde 2010, ha participado en numerosas expediciones, desafiando condiciones extremas para estudiar la vida bajo el hielo. «Trabajamos debajo del agua y hemos encontrado una diversidad impresionante», afirma. Su investigación se centra en la genética de poblaciones de invertebrados marinos, organismos que han desarrollado adaptaciones únicas para sobrevivir en aguas al borde de la congelación, como peces con proteínas anticongelantes o almejas de extraordinaria longevidad.

Cárdenas subraya la importancia de investigar este ecosistema único, no solo por su valor intrínseco y potencial biotecnológico, sino también como un deber asociado a la soberanía científica de Chile. Sin embargo, su trabajo también ha encendido alarmas al dar cuenta de las primeras evidencias concretas del arribo de especies no nativas.

«El potencial arribo de especies invasoras a la Antártica, definitivamente, es un peligro«, advierte Cárdenas. Estas especies podrían alterar drásticamente la biodiversidad única que ha evolucionado en aislamiento durante millones de años. El aumento del tráfico marítimo y, crucialmente, el cambio climático –que ya provoca veranos más cálidos y menor presencia de nieve– facilitan la llegada y potencial establecimiento de estos invasores.

Actualmente, la investigadora y su equipo trabajan para seguir estudiando especies invasoras en el continente blanco y evaluar el riesgo que representan en un escenario de calentamiento global. Además, lidera la Comisión Asesora Ministerial de Biotecnología, que en las próximas semanas deberá entregar un informe con recomendaciones para el desarrollo biotecnológico en Chile.


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