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Gabriela Pedreros: La geóloga chilena que vigila los volcanes activos

Gabriela Pedreros: La geóloga chilena que vigila los volcanes activos

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Tiempo de lectura: 4 minutos Su fascinación por coleccionar rocas durante su infancia la llevó a una labor crucial para Chile. Hoy, la geóloga Gabriela Pedreros (34) es pieza fundamental del equipo de SERNAGEOMIN, que monitorea permanentemente los volcanes activos del país.

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«Cuando era chica, juntaba rocas. Las recolectaba con mi mamá porque me gustaban y me las llevaba a la casa», relata Gabriela Pedreros (34) desde el Observatorio Volcanológico de Los Andes del Sur, en Temuco, al recordar su infancia conectada a la montaña.

En ese entonces vivía en Machalí, en la región de O’Higgins. Ahí, la geóloga de Geovolcanología para Monitoreo Volcánico del Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN), recuerda haber pasado largas jornadas contemplando la cordillera. Fue lo que comenzó a despertar su curiosidad por la geología, y que luego la llevaría al estudio de los volcanes.

Actualmente, Pedreros forma parte del equipo encargado del monitoreo permanente de volcanes activos en Chile. Esto significa que, ante cualquier cambio en la actividad volcánica, es una de las primeras personas en enterarse gracias a los datos de satélites que llegan al Observatorio.

«Es un monitoreo de las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Hay una sala donde hay un primer equipo de procesamiento, que son personas que hacen turno día y noche para estar interpretando estas señales de manera primaria», explica la geóloga.

«Y otro equipo, al que yo pertenezco, que es un sistema un poco más tradicional de trabajo, exceptuando los terrenos y las emergencias que se salen del horario», detalla.

Ser testigo de los procesos de la Tierra

Gabriela Pedreros está sentada en una sala del Observatorio Volcanológico de Los Andes del Sur. Este espacio cuenta con algunos instrumentos clave para el estudio volcánico, como lupas binoculares, que son una suerte de microscopios diseñados para estudiar cenizas y rocas obtenidas en terreno.

«Éste es un pequeño laboratorio que hemos levantado con mis compañeras», destaca la geóloga, quien enfatiza que su equipo está conformado exclusivamente por mujeres.

Al capturar las primeras cenizas que se emiten de un volcán, es posible conocer la composición del magma y cuánto magma está participando de esa explosión. «Aquí es donde llevamos a cabo esos estudios«, describe Pedreros.

El trabajo se realiza desde la oficina, pero también incluye visitas a terreno. «Es fascinante, porque, en el caso nuestro, tenemos que ir hasta el cráter, donde están los cenizómetros, que son unos receptáculos para obtener la muestra de ceniza lo más limpia posible antes de que caiga al suelo y se mezcle con otras cosas», señala la científica.

Lo más apasionante de todo, según Pedreros, tiene que ver con involucrarse en el proceso: «Ir a terreno, con la intuición de que viste un dato extraño, de que cierta zona está sobre su nivel base, y entenderla ahí. Esa simbiosis que ocurre es súper fascinante, porque te haces parte de un proceso de la Tierra que está ocurriendo al mismo tiempo que tu vida humana«.

«En los volcanes, uno puede ir a la par con el planeta en un proceso que va teniendo y entendiéndolo. En terreno, uno lo logra dimensionar o redimensionar y a mí eso me parece muy fascinante, me encanta», agrega.

Chile, tierra de volcanes

Por su geografía peculiar, en el Cinturón de Fuego del Pacífico, Chile es uno de los países con más volcanes activos a nivel mundial: un total de 87 de los más de dos mil que se extienden a lo largo del territorio.

Pese a ello, la vulcanología es un área aún incipiente en el país. «No es tan reciente el estudio de volcanes en Chile, porque los geólogos anteriores lo hacían, pero no enfocados en el tiempo real. Era más común preocuparse sobre qué hizo hace miles de años para entender el comportamiento eruptivo del volcán», destaca Pedreros.

El punto de quiebre vino con la erupción del volcán Chaitén en el año 2008. «Hizo falta una gran catástrofe para que el país se diera cuenta de que, efectivamente, tenía que invertir en monitoreo volcánico. Desde ahí contamos con recursos permanentes para dedicarnos a esta tarea», detalla la investigadora de SERNAGEOMIN.

Mujeres y vulcanología

En 2024, Gabriela Pedreros fue parte de un proyecto llamado «Siguiendo la Huella de los Gigantes del Kütralkura«, una guía volcanológica sobre el Geoparque Mundial UNESCO Kütralkura, ubicado en la zona andina de la región de La Araucanía. Una de las características de la publicación es que fue creada exclusivamente por mujeres de diversas disciplinas.

«Resultó súper potente, pero también muy abundante. Habían compañeras nuevas que querían participar. ‘Oye, ¿cómo te ayudo? No importa si no estoy en el proyecto’. Y entiendo que en las nuevas generaciones también está siendo así», segura la geóloga.

La presencia de mujeres en vulcanología, a juicio de Gabriela, también es incipiente, sin embargo, el panorama parece estar cambiando. «Gratamente, hemos visto que se suman muchas más mujeres y yo me siento bastante conforme, porque tengo muchas compañeras que trabajan en la volcanología, que son súper buenas, dedicadas, con mucho talento y que hacen aportes nuevos», detalla.

A la fecha, Gabriela Pedreros ha participado en dos publicaciones del ranking de riesgo específico de volcanes de Chile, correspondientes al año 2020 y 2023. Además, junto a su equipo de geología trabajan en la creación de un mapa detallado de los riesgos de peligros volcánicos en el sector sur del volcán Llaima, en la región de La Araucanía. Dicho mapa, ofrecerá una evaluación de los peligros asociados a la actividad del volcán, y prevé ser publicado en diciembre de 2026.


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