Judith Pardo: La paleontóloga chilena tras la huella de los ictiosaurios
Tiempo de lectura: 2 minutos La científica ha dedicado su trabajo al estudio de los ictiosaurios en la Patagonia chilena. El descubrimiento de Fiona, una ictiosaurio preñada excepcionalmente bien conservada, se alza como uno de sus hallazgos más relevantes.
Judith Pardo, nacida en Porvenir, Tierra del Fuego, desarrolló desde pequeña una fascinación por la naturaleza y la recolección de objetos. «Ocupábamos mucho nuestro tiempo al aire libre, desarrollando la curiosidad gracias a mis padres», recuerda sobre su infancia.
Si bien, su interés por la paleontología surgió tempranamente, influenciado por películas como Jurassic Park, este se reavivó durante sus estudios de biología en la Universidad de Magallanes (UMAG).
«En la universidad tuve un ramo de Paleontología y de Geología, y me di cuenta de que me gustaba mucho la anatomía animal, pero de animales muy antiguos«, señala la investigadora. Fue ahí cuando encontró su pasión en el estudio de criaturas extintas, y comenzó su trabajo en un momento crucial para la paleontología chilena.
Hace 20 años, la disciplina era incipiente en el país, con escasos registros, especialmente en la zona austral. “No habían registros paleontológicos en Magallanes y había muy pocos en Chile, principalmente en el norte”, describe Pardo respecto al panorama que había en esa época. La información era limitada, y el apoyo provenía principalmente del extranjero.
Un museo paleontológico
En 2003, una fotografía tomada por un compañero de universidad en el Glaciar Tyndall, en el Parque Nacional Torres del Paine, cambió el rumbo de la investigación de Pardo. La imagen mostraba lo que parecía ser un ictiosaurio, un reptil marino similar a los delfines, que vivió durante la era Mesozoica (entre 251 y 93 millones de años atrás).
«Los ictiosaurios tenían una forma similar a la de los delfines de la actualidad, pero no están emparentados. Eran reptiles que daban a luz a sus crías vivas en el agua», explica Pardo.
El hallazgo en el Glaciar Tyndall resultó ser un verdadero tesoro paleontológico. A lo largo de los años, Pardo y su equipo han descubierto 87 ictiosaurios en la zona, muchos de ellos con esqueletos articulados y completos, una rareza a nivel mundial.
“Es como caminar en un museo, te encuentras con uno y otro y otro ictiosaurio en esta localidad; es maravilloso, realmente único”, describe Pardo la experiencia en el yacimiento. Este sitio, único en su tipo, se ha convertido en un foco de investigación internacional, permitiendo a Pardo realizar su doctorado y un posdoctorado en paleopatología de ictiosaurios.
Fiona: La ictiosaurio que revela los secretos del pasado
Entre los descubrimientos más importantes se encuentra Fiona, una ictiosaurio preñada, excavada en 2022. La extracción de Fiona, que requirió 31 días de campaña y el uso de helicópteros debido al peso de los bloques fósiles (200 kg cada uno), fue una hazaña logística.
«La tuvimos que rescatar en un helicóptero porque los bloques eran demasiado pesados”, comenta Pardo sobre la compleja operación. Los restos de Fiona se exhiben en el Museo de Historia Natural Río Seco, en Punta Arenas.
La colaboración internacional con instituciones como el Museo de Historia Natural de Stuttgart, en Alemania, y el Museo CosmoCaixa de Barcelona ha sido crucial para el estudio de Fiona. Gracias a la tomografía computacional, se ha podido obtener un escáner completo del fósil, revelando detalles cruciales.
«Ahora sabemos que Fiona tenía dientes y que era un animal piscívoro», afirma la paleontóloga sobre los resultados de los análisis, que complementan las observaciones externas y contribuyen al conocimiento sobre los ictiosaurios.