Mónica Imarai: Buscando disminuir los antibióticos en la acuicultura

Mónica Imarai recuerda que, cuando iba en el colegio, le pidió a su mamá que le comprara el juego La Química Mágica. «Yo jugaba con la química. Tenía claro que eso me gustaba», relata a Cooperativa Ciencia la bioquímica y académica del Centro de Biotecnología Acuícola Usach.

Su infancia y adolescencia la pasó en Coyhaique. Comenta que su periodo escolar y las enseñanzas de sus profesores fueron clave para acercase a la ciencia.  «Estudié en el Liceo San Felipe Benicio, donde tuve muy buenos profesores de Química, Biología, Matemáticas. El último del curso era el primero en cualquier otro lado. Con ese nivel de formación, yo escogí estudiar Bioquímica«, cuenta.

Tras salir del colegio, la investigadora entró a estudiar a la Universidad de Concepción en 1978. Después, realizó un doctorado de Ciencias Biológicas con mención en Inmunología en Universidad Católica de Chile, y más tarde se fue a Estados Unidos para investigar en el Albert Einstein College of Medicine.

«Hay que ir al primer mundo para probar la ciencia que no tiene límites. Por los recursos, porque todo es rápido. Pedir un reactivo es muy rápido, te llega al otro día. En Chile tenemos que esperar cuatro semanas, tenemos que compensar eso con horas de trabajo», afirma.

Actualmente, Mónica se dedica a investigar métodos que permitan disminuir el uso de antibióticos en peces. La bioquímica explica que los peces, al alimentarse de ellos, corren el riesgo de producir bacterias resistentes.

¿Existe una solución? Para la investigadora, esto se resolvería usando métodos preventivos, como vacunas para tratar a los peces. «Ahí uno estimula el sistema inmune y por eso yo juego aquí mi rol como inmunóloga. Permiten que el pez esté protegido«, destaca.

El problema es que muchas de las vacunas que han sido desarrolladas no tienen tanta efectividad. «Creemos que el problema es que estamos suponiendo que el sistema inmune de los peces es como el de los humanos y el de los ratones, que se estudian como modelo, y probablemente no es así«, menciona la académica Usach.

Trabajo con la industria

El trabajo de Mónica por estos días se centra en la producción de anticuerpos monoclonales que permitan seguir la respuesta inmune. «Ese también es un trabajo útil a la industria, porque necesita maneras de medir los resultados de estos tratamientos», destaca.

Además, la investigadora trabaja en un proyecto Fondecyt para estudiar los virus que afectan a los peces. «Hay algunos, como uno que se llama IPNB, que son virus reemergentes que parecieran haberse eliminado en un momento y después empiezan a emerger de nuevo. Eso significa que tenemos que conocer cómo funciona la inmunidad contra estos virus», explica.

La científica comenta que la industria acuícola ha mostrado disposición hacia estos estudios. «La industria acuícola quiere colaborar, y eso también ha sido un logro de muchas otras personas que son el vínculo entre nosotros que somos más básicos y la industria», afirma.

Gozar del conocimiento

La investigación es una de las pasiones de Mónica, pero también está la docencia. Para ella, la clave del aprendizaje científico está en disfrutarlo. «Para ser científico uno tiene que gozar del conocimiento, de descubrir cosas. El estudiante que le gusta leerse los papers, que tiene preguntas, ese estudiante, probablemente llegará a ser un excelente científico porque eso es el motor. Disfrutar del conocimiento», destaca.

«A veces, uno descubre errando en el camino. A los estudiantes hay que enseñarles que, si uno espera una cosa y y te da todo lo contrario, es justamente lo que le permite a uno descubrir lo que no es lógico. Nosotros planteamos lo que es lógico, esperamos descubrir algo, pero si sale  lo contrario es porque estamos descubriendo algo nuevo«, concluye.

Escucha la entrevista completa a Mónica Imaray en Todo Tiene su Ciencia.