Mujeres científicas lideran la investigación en la Antártica chilena

Tiempo de lectura: 2 minutos La presencia femenina en la Antártica ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años. En la LXI Expedición Científica Antártica (ECA 61), las mujeres representan casi la mitad del equipo científico, liderando proyectos clave en áreas como la biología, la ecología y la genética.
La participación femenina en la LXI Expedición Científica Antártica (ECA 61) del Instituto Antártico Chileno (INACH) alcanza un récord, con 56 mujeres de un total de 119 investigadores. Desde jóvenes estudiantes hasta experimentadas científicas, estas mujeres impulsan la ciencia polar con investigaciones innovadoras y un fuerte compromiso con la equidad de género.
Un ejemplo de estas científicas es Ingrid Hebel, investigadora de la Universidad de Magallanes con amplia experiencia en la Antártica. «Cuando comencé, éramos muy pocas las mujeres. Ahora hay muchas más, muchas más jóvenes», afirma Hebel, quien estudia la adaptación de los musgos antárticos al cambio climático.
La ingeniera agrónoma destaca el «empoderamiento temprano» de las mujeres en la ciencia, aunque reconoce que la participación disminuye en niveles académicos superiores, en parte debido a las responsabilidades familiares que aún recaen mayoritariamente sobre ellas.
Por su parte, Marely Cuba-Díaz, investigadora de la Universidad de Concepción, lidera su quinta expedición a la Antártica. Su proyecto se centra en los mecanismos de tolerancia a la salinidad del clavelito antártico. La doctora en Bioquímica celebra el aumento de la participación femenina y el relevo generacional en la investigación antártica: «El papel de la mujer ha cobrado gran relevancia. De hecho, el INACH tiene estadísticas que muestran que las mujeres dirigen más proyectos de investigación en la Antártica que a nivel nacional«.
Inspirando a las futuras generaciones de científicas polares
Más allá de sus investigaciones, estas científicas también se dedican a inspirar a las nuevas generaciones. Julia Saravia, investigadora posdoctoral de la Universidad Austral de Chile, estudia la fisiología de caracoles marinos antárticos. Junto a la bióloga marina y profesional del área de Educación de INACH, Constanza Jiménez, creó la iniciativa «Mi Ajá Antártico», que comparte historias de mujeres que trabajan en la Antártica para motivar a niñas y jóvenes a seguir carreras científicas.
«Una ciencia diversa es una ciencia mejor. Las mujeres somos la mitad de la población mundial y deberíamos estar igualmente representadas”, reflexiona Saravia.
Zambra López, investigadora posdoctoral del Centro IDEAL, estudia las bioinvasiones en la Antártica, analizando los cascos de los barcos como posibles vectores de especies invasoras. López destaca el compromiso y entusiasmo de las jóvenes científicas que se integran a la investigación antártica: «Me gusta ver que hay muchas mujeres jóvenes. […] Hoy la mujer ha tomado fuerzas en la Antártica y hace muchas cosas que antes no hacía. Hemos acampado, buceado, recorrido diferentes bases y trabajado a bordo de embarcaciones. Hacemos de todo», comenta.
El equipo de López incluye a Catalina Cisterna y Valentina Ojeda, estudiantes de Biología Marina de la Universidad Austral de Chile. Para Cisterna, la expedición representa «romper ciertas barreras» y «abrir caminos» para las mujeres en su familia. Ojeda, proveniente de una familia de científicas, destaca la importancia de «disfrutar cada paso» en el camino de la investigación. Su participación en la Feria Antártica Escolar online en 2020 fue clave para alcanzar su sueño de llegar a la Antártica.
El trabajo de estas investigadoras no solo amplía el conocimiento sobre la Antártica, un ecosistema crucial para el planeta, sino que también construye un futuro más inclusivo y equitativo para la ciencia en Chile y el mundo.