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«Amaderado», «picante» o «dulce»: Investigadores analizaron el aroma de nueve momias en El Cairo

«Amaderado», «picante» o «dulce»: Investigadores analizaron el aroma de nueve momias en El Cairo

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Tiempo de lectura: 2 minutos Las tecnologías empleadas en el estudio permitieron identificar los aromas que han persistido durante casi 5.000 años. Por otro lado, los investigadores concluyeron similitudes en los cuerpos momificados del período tardío.

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El estudio, pionero en su naturaleza, analizó a nueve momias que forman parte de la colección del Museo Egipcio de El Cairo, donde los investigadores describieron la persistencia de olores vegetales como pino, cedro, enebro, incienso y ceras utilizadas para la momificación. Motivados por la falta de estudios en momias no europeas, los investigadores elaboraron la publicación con el objetivo de comprobar si los olores contemporáneos reflejan los materiales de momificación.

«El olor de los cuerpos momificados ha despertado un gran interés durante años, pero hasta ahora no se había realizado ningún estudio científico combinado técnicas químicas y percepción. Estamos ante un estudio pionero”, señaló uno de los autores, Matija Strilic.

La momificación, un proceso que va más allá del embalsamiento y conservación de los cuerpos, correspondió a significativos rituales basados en espiritualidades y creencias religiosas, para esta cultura, era clave para trascender al «más allá».

Adicionalmente, el olor se asociaba con la cualidad de quien era momificado, siendo las deidades asociadas con aromas agradables.

Las sustancias podrían poner en riesgo la salud

En cuanto a los volátiles identificados, estos fueron separados en cuatro categorías: aquellos procedentes de materiales arqueológicos, originados por productos de conservación, pesticidas sintéticos y productos de biodeterioro.

Los resultados evidenciaron que los cuerpos momificados en exhibición poseen una mayor variedad y concentración en comparación con las momias del depósito, algo que podría estar explicado por la acumulación de partículas en la vitrina, dado que, en el área de exposición se detectó la presencia de compuestos fenólicos, las lactonas y terpenoides.

Por otro lado, se registraron similitudes entre los períodos de momificación, esto sugiere que la tecnología permitiría diferenciar a las momias por período.

Adicionalmente, el estudio busca advertir sobre la presencia de sustancias que podrían ser nocivas para la salud de colaboradores y visitantes del museo.

¿Cómo lograron los resultados?

De acuerdo con la investigación, se analizó por separado a dos grupos: las momias exhibidas en vitrinas del museo y las momias almacenadas en el depósito de las instalaciones.

Mediante un cromatógrafo de gases -una técnica que permite separar y analizar los compuestos volátiles y semivolátiles de una mezcla- el equipo midió y cuantificó las sustancias químicas que los cuerpos emanan. Además, los investigadores crearon 13 categorías olfativas para evaluar los casos, labor que estuvo a cargo de otros integrantes del estudio.

De esta manera, buscaron determinar si el olor era propio de las momias o era originado por elementos externos como pesticidas o el deterioro natural. Por otro lado, considerando la técnica como un método no invasivo para el estudio de restos arqueológicos, esto permitiría garantizar la protección de los objetos.

«Estos conjuntos de datos mejoran nuestra capacidad para describir las cualidades olfativas de los cuerpos momificados y construir vocabularios multiculturales cocreados, que permiten nuevas interpretaciones del pasado sensorial», detalló el estudio.


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