Proyecto industrial en el norte de Chile amenaza los cielos más oscuros del mundo
Tiempo de lectura: 2 minutos Un megaproyecto industrial de AES Andes pretende instalarse a pocos kilómetros de los telescopios de Paranal, en el desierto de Atacama. Desde el Observatorio Europeo Austral (ESO), advierten que de concretarse causaría daños irreparables a las observaciones astronómicas debido al impacto de la contaminación lumínica.
El 24 de diciembre, AES Andes, subsidiaria de la empresa eléctrica estadounidense AES Corporation, presentó, para la evaluación de su impacto ambiental, el proyecto de un inmenso complejo industrial (Inna). Según el Observatorio Europeo Austral, este complejo amenaza los cielos prístinos sobre sus instalaciones, en el desierto de Atacama, en Chile.
Este megaproyecto industrial está previsto que se ubique entre 5 y 11 kilómetros de los telescopios de Paranal, lo que «causaría daños irreparables a las observaciones astronómicas, en particular debido a la contaminación lumínica emitida durante toda la vida operativa del proyecto», advierten.
El impacto del proyecto
El proyecto abarca un complejo industrial de más de 3000 hectáreas, que es casi del tamaño de una ciudad, distrito o comuna como Valparaíso (Chile) o Garching, cerca de Múnich (Alemania).
Además, incluye la construcción de un puerto, plantas de producción de amoníaco e hidrógeno y miles de unidades de generación de electricidad cerca de Paranal.
Gracias a su estabilidad atmosférica y a la ausencia de contaminación lumínica, el desierto de Atacama es un laboratorio natural único para la investigación astronómica. «Estos atributos son esenciales para proyectos científicos que pretenden abordar cuestiones fundamentales, como el origen y la evolución del universo o la búsqueda de vida y la habitabilidad de otros planetas.» explican desde ESO.
Los aportes de la observación astronómica desde Chile
Desde su inauguración en 1999, el Observatorio Paranal, construido y operado por el Observatorio Europeo Austral (ESO), ha dado lugar a importantes avances astronómicos, como la primera imagen de un exoplaneta y la confirmación de la expansión acelerada del universo. El Premio Nobel de Física en 2020 fue otorgado por una investigación sobre el agujero negro supermasivo situado en el centro de la Vía Láctea, en la que los telescopios de Paranal fueron fundamentales.
El observatorio es un activo clave para la comunidad astronómica mundial, incluida la de Chile, que ha crecido de manera importante en las últimas décadas. Además, el cercano Cerro Armazones alberga la construcción del Extremely Large Telescope (ELT) de ESO, el telescopio más grande del mundo de su tipo, una instalación revolucionaria que cambiará drásticamente lo que sabemos sobre nuestro Universo.
«El hecho de que el megaproyecto industrial de AES Andes esté tan próximo a Paranal representa un riesgo crítico para los cielos nocturnos más prístinos del planeta», destacó el director general de ESO, Xavier Barcons.
«Las emisiones de polvo durante la construcción, el aumento de la turbulencia atmosférica y, especialmente, la contaminación lumínica, tendrán un impacto irreparable en las capacidades de observación astronómica, que hasta ahora han atraído inversiones multimillonarias por parte de los gobiernos de los Estados Miembros de ESO».
Proteger los cielos chilenos
«Chile, y en particular Paranal, es un lugar verdaderamente especial para la astronomía: sus cielos oscuros son un patrimonio natural que trasciende sus fronteras y beneficia a toda la humanidad», afirma Itziar de Gregorio, representante de ESO en Chile. «Es crucial considerar ubicaciones alternativas para este megaproyecto que no pongan en peligro uno de los tesoros astronómicos más importantes del mundo».
Según ESO, la reubicación de este proyecto es la única forma efectiva de evitar daños irreversibles a los cielos únicos de Paranal. Esta medida no solo salvaguardará el futuro de la astronomía, sino que también preservará uno de los últimos cielos oscuros verdaderamente prístinos de la Tierra.