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Cómo avanza el ELT: El telescopio más grande del mundo ubicado en Chile y que estará listo en 2028

Cómo avanza el ELT: El telescopio más grande del mundo ubicado en Chile y que estará listo en 2028

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Tiempo de lectura: 4 minutos Con importantes avances en la construcción de su domo y el M1, el más grande de sus cinco espejos, el Extremely Large Telescope (ELT) se prepara para realizar las primeras pruebas en 2026 con miras a operar de manera oficial en 2028.

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El Extremely Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (ELT de ESO) es un proyecto astronómico que está en proceso de construcción en el Cerro Armazones del desierto de Atacama. Se trata del telescopio óptico e infrarrojo cercano más grande del mundo que ayudará a explorar el Universo con una profundidad y nivel de detalle sin precedentes.

«Este nuevo telescopio va a abrir puertas que en estos momentos no existían para poder observar fenómenos de los cuales no conocemos mucho. La gran magnitud de este telescopio va a permitir estudiar las atmósferas de otros exoplanetas, que son planetas que giran al rededor de otras estrellas, y así poder saber si estos planetas podrían albergar vida en el futuro», menciona el representante de ESO en Chile, Luis Chavarría.

El ELT, que ya superó el 50% de su construcción, se plantea como el telescopio más grande del mundo, superando a mega proyectos como el Thirty Meter Telescope de Hawai, previsto para el 2027, o el Telescopio Gigante de Magallanes, contemplado para 2029.

«Estos telescopios no solamente están ahí para apuntar al Universo, tomar datos y sacar imágenes bonitas, es un desarrollo tecnológico de punta. Siempre trabajamos con prototipos y todo surge a partir de las ideas de los astrónomos, la comunidad científica internacional es la que marca el paso hacia el siguiente avance que necesitamos para seguir comprendiendo el Universo», destaca la vicerepresentante de ESO en Chile, Itziar de Gregorio-Monsalvo.
El ELT contempla iniciar sus operaciones para el año 2028. «Vamos a empezar a hacer las primeras pruebas a mediados del año 2026 y creemos que este telescopio va a estar listo a finales del 2028 para las observaciones científicas», asegura Chavarría.

Una maravilla de la ingeniería moderna

Con un diseño pionero, el ELT es considerado una de las maravillas de la ingeniería moderna. Estará compuesto por cinco espejos donde el M1 será el principal y más grande.

El proceso para captar imágenes del espacio consiste en que el espejo M1, ubicado en la base, reflejará la luz hacia el espejo secundario, el M2, de cuatro metros. Luego, dos de los espejos, el M4 y M5, serán los encargados de compensar la distorsión de luz para que, finalmente, se generen imágenes de una calidad única.

«Tenemos el domo del telescopio en un gran nivel de avance, falta solamente instalar las puertas, estamos terminando las capas exteriores. Además, dentro del domo, la estructura del telescopio ha tenido importantes avances estos últimos meses. Ya tenemos listo el soporte de los 798 segmentos que van a formar el espejo principal y ahora estamos trabajando en hacer el soporte del espejo secundario que va a estar ubicado a unos 60 metros de altura sobre el espejo principal», explica Chavarría.

Se estima que el costo total del proyecto asciende a 1.300 millones de euros, donde el 80% se destinará a contratos.

«Aquí tenemos desafíos de ingeniería en todos los campos, desde la química, la construcción, la ciencia de los materiales, construcción civil, mecánica, automatización, óptica, climatización (…). Desde el punto de vista constructivo, hay tantas personas involucradas, de diferentes nacionalidades, desde Chile, Italia, Europa y Sudamérica», señala Davide Deiana, vice-encargado de proyecto para la cúpula y estructura principal del ELT de ESO.

Los espejos que constituirán el ELT

El espejo M1 tendrá un diámetro de 39 metros y estará conformado por 798 piezas hexagonales. A la fecha, son 160 los segmentos que pasaron por un proceso de recubrimiento y están listos para ser instalados.

El objetivo de este proceso es que cada segmento sea capaz de reflejar la luz del cosmos. Para ello se considera la instalación de componentes electrónicos y optomecánicos para luego aplicar una capa reflectante encima.

Todo esto es realizado en el ELT Technical Facility (ETF), en el Cerro Paranal. En el proceso de recubrimiento las piezas son ingresadas a una cápsula donde se aplican once capas de níquel-cromo, plata y silicio, que dan al segmento una superficie brillante. Dichas capas son tan finas como la décima parte de un cabello humano.

«La mejor forma de explicarlo es un ‘horneado’, donde se aplican las capas en un proceso que dura dos horas y 45 minutos, aproximadamente, y se realiza en horario diurno», describe Darío Serrano, planificador de Integración del ELT.

«Cuando termina el ‘horneado’, se pasa a la etapa de control de reflectividad, en este caso, se va a revisar que la calidad del espejo es correcta para aceptar o rechazar la calidad del horneado. Luego, pasamos a la etapa de integración que es donde se integran los sensores de borde y los transmisores que van a comunicar un espejo con el otro durante su vida en el ELT», detalla Serrano.

Así, la pieza queda lista para ser guardada en una caja y depositada en las bodegas del ETF a espera de ser instalada en el M1. Este mismo proceso volverá a repetirse cada 18 meses con el objetivo de mantener la calidad de ELT.

Todos estos pasos buscan sostener la calidad de las imágenes tomadas por el ELT, las que podrían superar a las del telescopio Hubble (HST) de la NASA/ESA, e incluso las del Very Large Telescope (VLT) de ESO.

Esta ilustración pretende mostrar cómo se puede ver la nebulosa NGC 3603 con tres telescopios diferentes: el telescopio espacial Hubble de la NASA/ESA , el Very Large Telescope de ESO con la ayuda de sus módulos de óptica adaptativa y el Extremely Large Telescope.

El viaje del M1

En enero de este año, y tras un viaje de 10 mil kilómetros a través del mundo, llegaron al sitio 7 del puerto Antofagasta Terminal Internacional (ATI) los primeros segmentos del M1 traídos desde Europa.

Estos segmentos comenzaron su viaje cerca de Poitiers, en Francia, para luego trasladarse por tierra hasta el puerto de Le Havre, donde iniciaron su travesía por el océano. Llegaron al puerto de Antofagasta y continuaron su recorrido por tierra hacia el Observatorio Paranal, donde fueron recibidos por los ingenieros de ESO.

En este viaje «lo más complicado es lo delicadas que son cada una de las piezas, y el tiempo que toma formar cada uno de estos espejos y formarlos. Es demasiado tiempo en cuanto a poder tener operativo el telescopio», comenta Serrano.

 


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