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La contaminación lumínica amenaza los cielos de Chile: Nueva norma busca proteger la astronomía

La contaminación lumínica amenaza los cielos de Chile: Nueva norma busca proteger la astronomía

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Tiempo de lectura: 4 minutos Una nueva normativa, que regula las emisiones de luz artificial en todo el país, establece límites a la emisión lumínica, promueve el uso de luz cálida y crea áreas de protección especial, aunque expertos señalan que aún existen posibilidades de mejora para una protección más efectiva.

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¿Alguna vez has visto el cielo nocturno en la ciudad? ¿Lograste ver estrellas? ¿Cuántas llegaste a contar? Si pudiste ver algunas, probablemente, hayas tenido suerte, y es que la contaminación lumínica amenaza los cielos oscuros.

Este concepto refiere a «toda el exceso de luz artificial que se produce cuando se está desperdiciando. Es una luz que no cumple una función, que no está cumpliendo ese rol para el cual está ideada», explica el coordinador de proyectos de Fundación Cielos de Chile, Juan Pablo Valenzano.

Para la investigación astronómica es esencial contar con noches despejadas y cielos naturalmente oscuros. «El aumento del brillo del cielo producto de la actividad humana deteriora esta capacidad de observar el espacio profundo», asegura Ángel Otarola, astrónomo y cientista atmosférico del Observatorio Europeo Austral (ESO Chile).

En Chile, los cielos han sido destacado a nivel internacional, siendo reconocidos como los más prístinos para la observación astronómica. Eso ha dado lugar a la instalación de una variedad de instrumentos en el norte del país, haciendo que Chile posea el 40% de la capacidad astronómica mundial.

Condiciones que favorecen la oscuridad

El desierto de Atacama es el lugar que alberga los telescopios VLT, VST y VISTA, en el Cerro Paranal, y también el futuro ELT, el telescopio más grande del mundo, en el Cerro Armazones. Todos estos proyectos, pertenecientes al Observatorio Europeo Austral (ESO), se emplazan en esta zona dadas sus características propicias para la observación astronómica.

«La principal característica para desarrollar la astronomía es ver a través de la atmósfera las fuentes cósmicas que se requiere estudiar. Primero, tenemos que tener días despejados, y una de las características de esta parte del planeta es que existe una gran cantidad de noches despejadas en el año», destaca Otarola.

La corriente de Humboldt cumple un papel protagónico para que esto sea posible. «Es una corriente fría que se extiende por todo el Pacífico y contribuye a generar una capa de inversión térmica sobre la superficie del mar», indica el experto de ESO.

«Regularmente, lo que ocurre es que la temperatura disminuye con la altura, pero, en este caso, siendo la superficie muy fría por la corriente de Humboldt, la temperatura aumenta con la altura y eso contribuye a generar un bloque donde se genera una mezcla de la parte baja de la atmósfera», señala.

Esto significa que «aumenta la humedad y, si la humedad es suficiente, va a condensar y va a generar este campo de nubes, por lo tanto, las nubes se van a mantener por debajo de la altura del Cerro Paranal que tiene 2.630 metros de altura y nos permite tener cielos totalmente despejados», agrega Otarola.

Nueva normativa para la protección de cielos oscuros

Este 19 de octubre entró en vigencia la Nueva Norma de Emisión de Luminosidad Artificial Generada por Alumbrados de Exteriores. La iniciativa tiene por objetivo controlar las emisiones provenientes del alumbrado y letreros de exteriores.

Cabe recordar que la normativa anterior regulaba las emisiones de luz en las regiones de Antofagasta, Atacama y Coquimbo. En este caso, la nueva normativa amplía este rango a todo el territorio chileno.

La norma exigirá que, a partir de la 00:00 horas y hasta las 07:00 de la mañana, las pantallas permanezcan apagadas. Además, exigirá un límite de emisión para las nuevas pantallas que se instalen. Asimismo, establecerá mejoras para el alumbrado de exteriores como el de calles, plazas, industrias, estadios y canchas de barrio.

Dado que la luz blanca fría es la más contaminante, la nueva norma lumínica impulsará la transición hacia el uso de la luz cálida, con restricción en la emisión de luz azul. Se contará con límites diferenciados para todo el país y para las denominadas Áreas de Protección Especial.

Protección para la astronomía y biodiversidad

Estás zonas especiales serán dos. Primero, las con valor para la observación astronómica con fines de investigación científica, conocidas como Áreas Astronómicas y que han sido declaradas por el Ministerio de Ciencias.

«Para las áreas de protección para la observación astronómica, estos parámetros más estrictos también rigen para los proyectos que se instalan. O sea, en los procesos de evaluación ambiental también los proyectos deben argumentar e incluir toda la información para demostrar que no van a generar afectación a la calidad de los cielos oscuros», indica Juan Pablo Valenzano de Fundación Cielos de Chile.

Segundo, las Áreas de Protección de Biodiversidad o Áreas Protegidas como Parques Nacionales, Reservas, Santuarios de la Naturaleza, entre otros.  En este segundo grupo se incluyen, además, las zonas de reproducción y comunas con mayor impacto en especies amenazadas por la contaminación lumínica, señaladas expresamente en un Plan de Recuperación, Conservación y Gestión de Especies (Plan RECOGE), elaborado por el Ministerio del Medio Ambiente.

Por otro lado, las luminarias que son parte del alumbrado de exteriores -como el alumbrado de calles y veredas, industrias, recintos deportivos, entre otros-, deben contar con una certificación previa a la instalación otorgada por un organismo de certificación autorizado por la Superintendencias de Electricidad (SEC).

La entidad encargada de fiscalizar el cumplimiento de la nueva norma es la Superintendencia de Medio Ambiente.

Norma con «posibilidad de mejora»

¿Los proyectos con impacto lumínico no podrán instalarse cerca de los observatorios? Valenzano aclara que la nueva norma no impide este escenario.

«Los proyectos por sí solos pueden argumentar que están cumpliendo la normativa y que no generan mayor afectación al brillo del cielo. Sin embargo, al instalarse varios proyectos, quizás, cada uno puede cumplir con la normativa, pero el conjunto de todos estos proyectos sí puede generar una afectación«, precisa el integrante de Fundación Cielos de Chile.

Para Valenzano «es un gran avance el de la norma lumínica, pero también hay posibilidad de mejora estableciendo metodologías más precisas. El ideal sería tener un estudio para proteger estas áreas y que diga: a este nivel no se puede instalar otro proyecto porque es una zona saturada«.


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